
En una carta enviada a mediados de noviembre y filtrada el 28 de noviembre, el primer ministro británico Keir Starmer instó al presidente Emmanuel Macron a “intensificar los esfuerzos” para frenar las travesías irregulares del Canal, que ya alcanzan casi 40,000 en lo que va de 2025, un aumento del 17 % interanual. Starmer criticó la lenta implementación del acuerdo de devoluciones “uno entra, uno sale” de julio de 2025 y pidió al menos 250 devoluciones de migrantes por semana a Francia.
El primer ministro destacó las próximas medidas del Reino Unido, como la tarjeta de identidad electrónica nacional y reformas en el asilo que harían que el estatus de refugiado sea temporal, como prueba del compromiso británico. Ofreció además equipamiento y financiación adicional para las fuerzas fronterizas francesas, pero advirtió sobre posibles repercusiones políticas —citando el auge de Reform UK— si no se reducen las travesías.
Funcionarios del Elíseo no han hecho comentarios públicos, pero diplomáticos franceses señalan en privado que la financiación británica para patrullas conjuntas en las playas aún no se ha desembolsado por completo. Analistas indican que Macron buscará equilibrar la presión interna para mostrarse firme en materia migratoria con la necesidad de preservar la cooperación bilateral en defensa y energía.
Para las empresas que trasladan personal entre Londres y París, la retórica genera preocupación por controles más estrictos en los puntos fronterizos yuxtapuestos de Calais y Dover. Empresas de logística ya reportan tiempos de espera más largos para conductores cuyos documentos requieren verificación manual.
Se espera que un grupo de trabajo bilateral se reúna a principios de diciembre. Los responsables de movilidad deben estar atentos a posibles cambios operativos en el Eurotúnel y puertos de ferry, y aconsejar a los viajeros que consideren tiempo extra para las inspecciones de pasaporte.
El primer ministro destacó las próximas medidas del Reino Unido, como la tarjeta de identidad electrónica nacional y reformas en el asilo que harían que el estatus de refugiado sea temporal, como prueba del compromiso británico. Ofreció además equipamiento y financiación adicional para las fuerzas fronterizas francesas, pero advirtió sobre posibles repercusiones políticas —citando el auge de Reform UK— si no se reducen las travesías.
Funcionarios del Elíseo no han hecho comentarios públicos, pero diplomáticos franceses señalan en privado que la financiación británica para patrullas conjuntas en las playas aún no se ha desembolsado por completo. Analistas indican que Macron buscará equilibrar la presión interna para mostrarse firme en materia migratoria con la necesidad de preservar la cooperación bilateral en defensa y energía.
Para las empresas que trasladan personal entre Londres y París, la retórica genera preocupación por controles más estrictos en los puntos fronterizos yuxtapuestos de Calais y Dover. Empresas de logística ya reportan tiempos de espera más largos para conductores cuyos documentos requieren verificación manual.
Se espera que un grupo de trabajo bilateral se reúna a principios de diciembre. Los responsables de movilidad deben estar atentos a posibles cambios operativos en el Eurotúnel y puertos de ferry, y aconsejar a los viajeros que consideren tiempo extra para las inspecciones de pasaporte.










