
El Sistema biométrico de Entrada/Salida (EES) de la Unión Europea ha entrado en su fase operativa completa y ya está vigente en los aeropuertos de Viena, Salzburgo e Innsbruck, así como en los principales pasos fronterizos terrestres. Los visitantes no pertenecientes a la UE que ingresan por primera vez deben proporcionar huellas dactilares y una imagen facial; los viajeros que regresan solo necesitan un dato biométrico. Esta información reemplaza el sellado del pasaporte y se almacenará durante tres años, contabilizando automáticamente cada estancia conforme a la regla Schengen de 90/180 días.
Los sindicatos de la policía fronteriza austriaca advierten que los quioscos de registro añaden varios minutos por pasajero en horas punta, y el aeropuerto de Viena ha reasignado personal de seguridad a inmigración para gestionar las filas. Se ha solicitado a las aerolíneas que aconsejen a los pasajeros llegar al menos 30 minutos antes hasta que se estabilice el flujo.
Este cambio tiene importantes implicaciones para los programas de movilidad global: las estancias prolongadas serán detectadas automáticamente, dificultando “reiniciar” el contador Schengen con un fin de semana fuera de la zona. Las empresas deberían auditar los sellos históricos de entrada de sus viajeros y planificar futuros desplazamientos según los cálculos en tiempo real del EES.
Dado que los datos del EES se integrarán directamente en ETIAS, la próxima autorización de viaje de la UE para nacionales exentos de visa, la precisión en el registro es fundamental. Números de pasaporte incorrectos o nombres mal escritos podrían provocar rechazos en ETIAS. Los responsables de movilidad podrían emitir instrucciones sobre el uso de los quioscos y asegurarse de que las aplicaciones para trabajadores móviles capturen la nueva información biométrica de salida.
A pesar de los problemas iniciales, las autoridades turísticas austriacas esperan que los tiempos de procesamiento se estabilicen a principios de la primavera, citando la experiencia de Croacia, que implementó el EES en el aeropuerto de Zagreb a principios de año.
Los sindicatos de la policía fronteriza austriaca advierten que los quioscos de registro añaden varios minutos por pasajero en horas punta, y el aeropuerto de Viena ha reasignado personal de seguridad a inmigración para gestionar las filas. Se ha solicitado a las aerolíneas que aconsejen a los pasajeros llegar al menos 30 minutos antes hasta que se estabilice el flujo.
Este cambio tiene importantes implicaciones para los programas de movilidad global: las estancias prolongadas serán detectadas automáticamente, dificultando “reiniciar” el contador Schengen con un fin de semana fuera de la zona. Las empresas deberían auditar los sellos históricos de entrada de sus viajeros y planificar futuros desplazamientos según los cálculos en tiempo real del EES.
Dado que los datos del EES se integrarán directamente en ETIAS, la próxima autorización de viaje de la UE para nacionales exentos de visa, la precisión en el registro es fundamental. Números de pasaporte incorrectos o nombres mal escritos podrían provocar rechazos en ETIAS. Los responsables de movilidad podrían emitir instrucciones sobre el uso de los quioscos y asegurarse de que las aplicaciones para trabajadores móviles capturen la nueva información biométrica de salida.
A pesar de los problemas iniciales, las autoridades turísticas austriacas esperan que los tiempos de procesamiento se estabilicen a principios de la primavera, citando la experiencia de Croacia, que implementó el EES en el aeropuerto de Zagreb a principios de año.










