
A partir del 1 de diciembre de 2025, los nacionales de terceros países que vivan justo fuera de Austria pero trabajen en distritos fronterizos como Tirol, Salzburgo o Carintia podrán acceder a una categoría migratoria especial: el “Permiso de Residencia para Trabajadores Transfronterizos” (Aufenthaltstitel Grenzgänger). Las normativas publicadas el 26 de noviembre establecen un procedimiento más sencillo que la tarjeta Roja-Blanca-Roja completa.
Los requisitos se basan en tres pilares: un título de residencia a largo plazo sin restricciones en un país vecino; residencia principal fuera de Austria; y un contrato laboral vinculante con un empleador austríaco ubicado en un distrito fronterizo designado o ciudad estatutaria. El Servicio Público de Empleo (AMS) seguirá emitiendo un dictamen sobre el mercado laboral, pero solo para el distrito local, lo que reduce los tiempos de tramitación.
La validez inicial será de hasta dos años, con renovaciones de cinco años. Los titulares no podrán trasladar su residencia principal a Austria sin cambiar a otro tipo de permiso. Estudiantes, trabajadores desplazados y personal temporal quedan excluidos.
Esta medida responde a la presión de empresas en las fronteras con Italia y Eslovaquia, donde la escasez de mano de obra es grave pero el desplazamiento diario es habitual. Al simplificar los trámites, Austria busca atraer técnicos especializados y personal sanitario que actualmente se desaniman por la burocracia de la tarjeta Roja-Blanca-Roja.
Los empleadores deben revisar las obligaciones en materia de nómina transfronteriza y seguridad social: aunque los salarios se gravarán en Austria, las cotizaciones a la seguridad social suelen pagarse en el país de residencia según el Reglamento UE 883/2004, lo que requiere un certificado A1.
Los requisitos se basan en tres pilares: un título de residencia a largo plazo sin restricciones en un país vecino; residencia principal fuera de Austria; y un contrato laboral vinculante con un empleador austríaco ubicado en un distrito fronterizo designado o ciudad estatutaria. El Servicio Público de Empleo (AMS) seguirá emitiendo un dictamen sobre el mercado laboral, pero solo para el distrito local, lo que reduce los tiempos de tramitación.
La validez inicial será de hasta dos años, con renovaciones de cinco años. Los titulares no podrán trasladar su residencia principal a Austria sin cambiar a otro tipo de permiso. Estudiantes, trabajadores desplazados y personal temporal quedan excluidos.
Esta medida responde a la presión de empresas en las fronteras con Italia y Eslovaquia, donde la escasez de mano de obra es grave pero el desplazamiento diario es habitual. Al simplificar los trámites, Austria busca atraer técnicos especializados y personal sanitario que actualmente se desaniman por la burocracia de la tarjeta Roja-Blanca-Roja.
Los empleadores deben revisar las obligaciones en materia de nómina transfronteriza y seguridad social: aunque los salarios se gravarán en Austria, las cotizaciones a la seguridad social suelen pagarse en el país de residencia según el Reglamento UE 883/2004, lo que requiere un certificado A1.








