
El codiciado programa de Visado Dorado de los Emiratos Árabes Unidos —ya reconocido por atraer a inversores, emprendedores y talento de primer nivel— ha incorporado discretamente una nueva vía para quienes su mayor valor es el tiempo y la compasión. Según las directrices publicadas el 29 de noviembre, las personas que puedan demostrar un historial sostenido de servicio voluntario con organizaciones benéficas, ONG o entidades de respuesta a crisis reconocidas, ahora pueden solicitar el permiso de residencia de 10 años, incluso sin poseer propiedades ni grandes carteras de inversión.
Los especialistas en inmigración señalan que los requisitos son intencionadamente exigentes: los solicitantes deben documentar un número mínimo de horas de voluntariado, cartas de respaldo de organismos humanitarios aprobados por los EAU y un impacto tangible, como “vidas asistidas” o “fondos recaudados”. Toda la documentación se presenta a través de la Autoridad Federal de Identidad, Ciudadanía, Aduanas y Seguridad Portuaria (ICP); un comité especial interinstitucional evalúa el valor social de cada solicitud. Una vez aprobados, los candidatos tienen seis meses para ingresar al país, completar exámenes médicos y biométricos, y pueden luego patrocinar a familiares para la residencia conjunta.
Esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para posicionar a los Emiratos como un centro global de filantropía. Las autoridades suelen destacar el historial del país —desde vuelos de ayuda tras desastres naturales hasta la financiación de hospitales en África— como prueba de que el “humanitarismo de poder blando” puede coexistir con la riqueza petrolera y una infraestructura de clase mundial. “Queremos a los mejores inversores, pero también a los mejores humanitarios”, declaró una fuente del ICP a la prensa local.
Para las multinacionales, esta actualización amplía el abanico de talento. Ejecutivos que gestionan programas de responsabilidad social corporativa o lideran misiones en ONG pueden ahora trasladarse a las sedes de los EAU sin necesidad de cumplir con altos umbrales de inversión. La consultora Fragomen afirma haber recibido ya consultas de ONG globales que planean establecer centros regionales de ayuda en Dubái o Abu Dhabi, citando el visado como un factor decisivo.
Consejo práctico: dado que la evidencia documental debe provenir de organizaciones preaprobadas, los aspirantes deben verificar primero que su entidad benéfica figure en la lista maestra del ICP. Las autoridades han adelantado que en 2026 se implementarán certificaciones digitales mediante blockchain, lo que agilizará aún más la etapa de nominación.
Los especialistas en inmigración señalan que los requisitos son intencionadamente exigentes: los solicitantes deben documentar un número mínimo de horas de voluntariado, cartas de respaldo de organismos humanitarios aprobados por los EAU y un impacto tangible, como “vidas asistidas” o “fondos recaudados”. Toda la documentación se presenta a través de la Autoridad Federal de Identidad, Ciudadanía, Aduanas y Seguridad Portuaria (ICP); un comité especial interinstitucional evalúa el valor social de cada solicitud. Una vez aprobados, los candidatos tienen seis meses para ingresar al país, completar exámenes médicos y biométricos, y pueden luego patrocinar a familiares para la residencia conjunta.
Esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para posicionar a los Emiratos como un centro global de filantropía. Las autoridades suelen destacar el historial del país —desde vuelos de ayuda tras desastres naturales hasta la financiación de hospitales en África— como prueba de que el “humanitarismo de poder blando” puede coexistir con la riqueza petrolera y una infraestructura de clase mundial. “Queremos a los mejores inversores, pero también a los mejores humanitarios”, declaró una fuente del ICP a la prensa local.
Para las multinacionales, esta actualización amplía el abanico de talento. Ejecutivos que gestionan programas de responsabilidad social corporativa o lideran misiones en ONG pueden ahora trasladarse a las sedes de los EAU sin necesidad de cumplir con altos umbrales de inversión. La consultora Fragomen afirma haber recibido ya consultas de ONG globales que planean establecer centros regionales de ayuda en Dubái o Abu Dhabi, citando el visado como un factor decisivo.
Consejo práctico: dado que la evidencia documental debe provenir de organizaciones preaprobadas, los aspirantes deben verificar primero que su entidad benéfica figure en la lista maestra del ICP. Las autoridades han adelantado que en 2026 se implementarán certificaciones digitales mediante blockchain, lo que agilizará aún más la etapa de nominación.







