
La aerolínea principal de Lufthansa, considerada durante mucho tiempo por los analistas como el "niño problemático" dentro del Grupo Lufthansa, ha presentado un ambicioso plan de servicio y productividad diseñado para lograr un "salto significativo en la rentabilidad" en el ejercicio financiero de 2026.
En declaraciones a la prensa tras una sesión estratégica del consejo el 28 de noviembre de 2025, el CEO Jens Ritter afirmó que la aerolínea está en camino de cumplir los modestos objetivos de beneficio fijados para 2025, pero que ahora debe "pasar de la recuperación al sobrecumplimiento". El eje central del nuevo plan es la renovación acelerada de la flota: en 2026 se entregarán diez Boeing 787-9 adicionales y seis Airbus A350-1000, lo que permitirá retirar los últimos A340-300 y adelantar la salida de varios A330 de alto coste. Todos los nuevos aviones de fuselaje ancho estrenarán la tan esperada cabina "Allegris", que ofrecerá acceso directo al pasillo en todas las clases y conectividad a bordo mejorada. Para los compradores de viajes corporativos, la aerolínea promete un aumento del 15 % en la oferta de asientos reclinables en rutas transatlánticas clave.
El control de costes se logrará principalmente a través de la productividad laboral. Tras haber cerrado nuevos convenios colectivos con los sindicatos de pilotos y tripulación a principios de este trimestre, Lufthansa reducirá el número de aviones en reserva y adoptará un sistema de "tripulación flexible" que permitirá asignar al personal de forma intercambiable entre las AOC de Lufthansa, CityLine y Eurowings Discover en operaciones punta. La dirección prevé que este cambio reduzca los pagos por compensación por retrasos en otros 120 millones de euros, tras una caída del 40 % ya registrada en 2025. Al mismo tiempo, se ha incluido en los contratos un fondo de participación en beneficios de hasta 200 millones de euros para mantener el apoyo del personal durante la transición.
Desde la perspectiva de la experiencia del cliente, Ritter confirmó que la renovación del catering de largo recorrido, probada en la ruta Múnich–Chicago este otoño —con menús renovados, platos principales más grandes y opciones de pedido anticipado— se implementará en toda la red antes de abril de 2026. Los pasajeros de clase business también disfrutarán de nuevos colchones acolchados y un kit de amenities en colaboración con la marca ecológica alemana ArmedAngels. "La demanda premium vuelve a ser fuerte, pero ahora los pasajeros nos comparan con las aerolíneas ‘sandbox’ de Oriente Medio", dijo Ritter. "Tenemos que ganar esa comparación sin renunciar a nuestra disciplina de costes."
Para los gestores de movilidad, el plan es relevante en dos aspectos. Primero, los más eficientes 787 y A350 refuerzan el argumento de Lufthansa de que las empresas pueden cumplir con los objetivos de reducción de CO₂ del Alcance 3 sin renunciar a Frankfurt y Múnich como hubs. Segundo, la promesa de una mejor puntualidad —respaldada por una reducción del 20 % en los aviones de reserva— podría disminuir los costes ocultos derivados de conexiones perdidas y problemas de atención al pasajero. Ritter aseguró que la reducción en la proporción de aviones de reserva no comprometerá la resiliencia, destacando que la estabilidad operativa de 2025 permitió a Lufthansa reducir los gastos por operaciones irregulares de 217 millones de euros en 2024 a menos de 130 millones este año.
Los analistas del sector se mostraron cautelosamente optimistas. Alex Irving, responsable de aviación en Bernstein Research, señaló que la combinación de mejoras en el producto y flexibilidad en las normas laborales "finalmente alinea los costes e ingresos de Lufthansa con los de IAG y Air France-KLM". Sin embargo, advirtió que los riesgos macroeconómicos —especialmente un euro debilitado y las elevadas tasas aeroportuarias en Alemania— podrían presionar el margen operativo objetivo del 8 %. Lufthansa presentará las directrices detalladas para 2026 en su jornada para inversores en marzo.
En declaraciones a la prensa tras una sesión estratégica del consejo el 28 de noviembre de 2025, el CEO Jens Ritter afirmó que la aerolínea está en camino de cumplir los modestos objetivos de beneficio fijados para 2025, pero que ahora debe "pasar de la recuperación al sobrecumplimiento". El eje central del nuevo plan es la renovación acelerada de la flota: en 2026 se entregarán diez Boeing 787-9 adicionales y seis Airbus A350-1000, lo que permitirá retirar los últimos A340-300 y adelantar la salida de varios A330 de alto coste. Todos los nuevos aviones de fuselaje ancho estrenarán la tan esperada cabina "Allegris", que ofrecerá acceso directo al pasillo en todas las clases y conectividad a bordo mejorada. Para los compradores de viajes corporativos, la aerolínea promete un aumento del 15 % en la oferta de asientos reclinables en rutas transatlánticas clave.
El control de costes se logrará principalmente a través de la productividad laboral. Tras haber cerrado nuevos convenios colectivos con los sindicatos de pilotos y tripulación a principios de este trimestre, Lufthansa reducirá el número de aviones en reserva y adoptará un sistema de "tripulación flexible" que permitirá asignar al personal de forma intercambiable entre las AOC de Lufthansa, CityLine y Eurowings Discover en operaciones punta. La dirección prevé que este cambio reduzca los pagos por compensación por retrasos en otros 120 millones de euros, tras una caída del 40 % ya registrada en 2025. Al mismo tiempo, se ha incluido en los contratos un fondo de participación en beneficios de hasta 200 millones de euros para mantener el apoyo del personal durante la transición.
Desde la perspectiva de la experiencia del cliente, Ritter confirmó que la renovación del catering de largo recorrido, probada en la ruta Múnich–Chicago este otoño —con menús renovados, platos principales más grandes y opciones de pedido anticipado— se implementará en toda la red antes de abril de 2026. Los pasajeros de clase business también disfrutarán de nuevos colchones acolchados y un kit de amenities en colaboración con la marca ecológica alemana ArmedAngels. "La demanda premium vuelve a ser fuerte, pero ahora los pasajeros nos comparan con las aerolíneas ‘sandbox’ de Oriente Medio", dijo Ritter. "Tenemos que ganar esa comparación sin renunciar a nuestra disciplina de costes."
Para los gestores de movilidad, el plan es relevante en dos aspectos. Primero, los más eficientes 787 y A350 refuerzan el argumento de Lufthansa de que las empresas pueden cumplir con los objetivos de reducción de CO₂ del Alcance 3 sin renunciar a Frankfurt y Múnich como hubs. Segundo, la promesa de una mejor puntualidad —respaldada por una reducción del 20 % en los aviones de reserva— podría disminuir los costes ocultos derivados de conexiones perdidas y problemas de atención al pasajero. Ritter aseguró que la reducción en la proporción de aviones de reserva no comprometerá la resiliencia, destacando que la estabilidad operativa de 2025 permitió a Lufthansa reducir los gastos por operaciones irregulares de 217 millones de euros en 2024 a menos de 130 millones este año.
Los analistas del sector se mostraron cautelosamente optimistas. Alex Irving, responsable de aviación en Bernstein Research, señaló que la combinación de mejoras en el producto y flexibilidad en las normas laborales "finalmente alinea los costes e ingresos de Lufthansa con los de IAG y Air France-KLM". Sin embargo, advirtió que los riesgos macroeconómicos —especialmente un euro debilitado y las elevadas tasas aeroportuarias en Alemania— podrían presionar el margen operativo objetivo del 8 %. Lufthansa presentará las directrices detalladas para 2026 en su jornada para inversores en marzo.








