
Empleadores alemanes que buscan ingenieros, enfermeros y aprendices en Irán advierten sobre contratos incumplidos y proyectos retrasados tras la drástica reducción silenciosa de citas para visas de trabajo en la embajada alemana en Teherán. En un comunicado a VisaHQ el 27 de noviembre, el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores confirmó que el personal consular en Teherán ha sido “temporalmente reducido”, priorizando casos de reagrupación familiar y humanitarios sobre categorías de trabajadores cualificados.
Esta restricción llega tras un año turbulento en Irán: protestas antigubernamentales, cierres esporádicos de aeropuertos y el cambio en julio del proveedor externo que gestiona la embajada. Desde entonces, las citas disponibles han caído de unas 1,200 al mes a “apenas unas pocas docenas”, según MiGAZIN, un observatorio alemán de migración. Frente a la embajada, el jueves, futuros migrantes mostraban carteles con el mensaje “¡Tenemos contratos, dennos visas!” Algunos ya han perdido fechas de inicio; otros reportan que los equipos de recursos humanos alemanes han retirado ofertas porque no se pueden cumplir los periodos de prueba.
Las estadísticas de escasez laboral en Alemania reflejan la magnitud del problema: la Agencia Federal de Empleo reportó este mes 1.73 millones de vacantes sin cubrir, con mayor demanda en salud y áreas STEM. Los candidatos iraníes, muchos formados en Alemania y con certificados de idioma B1–C1, forman parte de un programa oficial que ha colocado a más de 4,000 trabajadores sanitarios desde 2022. Ahora, los empleadores enfrentan costosas soluciones temporales: trabajo remoto desde Irán o traslado de aprendices a sedes asociadas en Turquía, mientras asesores legales advierten que la expiración de la validez de seis meses para la solicitud de visa podría obligar a reiniciar el proceso.
Abogados de inmigración señalan que el retraso en Teherán revela una vulnerabilidad mayor en la nueva Ley de Inmigración de Trabajadores Cualificados de Alemania. “La presentación digital ayuda, pero las visas dependen de los cuellos de botella en cada misión consular”, explica la abogada berlinesa Katharina Rau. Recomienda que las empresas presenten cartas de dificultad alegando ‘interés económico urgente’, una disposición que puede acelerar casos bajo la Sección 31 de la Ley, aunque el éxito varía según la embajada.
Para los responsables de movilidad, el consejo inmediato es práctico: extender los plazos de incorporación en los contratos; prever periodos de espera de al menos 12–14 semanas para contrataciones iraníes; y reportar casos en riesgo a la sección económica de la embajada a través de la Cámara de Comercio Alemana en Irán. Algunos grupos multinacionales están también reubicando personal de habla persa ya en la UE para cubrir vacantes, una solución temporal que implica costes adicionales de traslado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores no dio fecha para restaurar la capacidad total, señalando solo que las evaluaciones de seguridad y limitaciones de personal están “en revisión continua”. Mientras tanto, los reclutadores temen un efecto dominó: “Si Alemania transmite que las visas son inciertas, Francia o Canadá captarán ese talento”, advierte Farshad Rahimi, CEO de MedTalent en Frankfurt. En medio de la creciente competencia global por el talento, la ventana de visas en Teherán —o su ausencia— se ha convertido en un cuello de botella inesperado en la batalla de Alemania por su competitividad.
Esta restricción llega tras un año turbulento en Irán: protestas antigubernamentales, cierres esporádicos de aeropuertos y el cambio en julio del proveedor externo que gestiona la embajada. Desde entonces, las citas disponibles han caído de unas 1,200 al mes a “apenas unas pocas docenas”, según MiGAZIN, un observatorio alemán de migración. Frente a la embajada, el jueves, futuros migrantes mostraban carteles con el mensaje “¡Tenemos contratos, dennos visas!” Algunos ya han perdido fechas de inicio; otros reportan que los equipos de recursos humanos alemanes han retirado ofertas porque no se pueden cumplir los periodos de prueba.
Las estadísticas de escasez laboral en Alemania reflejan la magnitud del problema: la Agencia Federal de Empleo reportó este mes 1.73 millones de vacantes sin cubrir, con mayor demanda en salud y áreas STEM. Los candidatos iraníes, muchos formados en Alemania y con certificados de idioma B1–C1, forman parte de un programa oficial que ha colocado a más de 4,000 trabajadores sanitarios desde 2022. Ahora, los empleadores enfrentan costosas soluciones temporales: trabajo remoto desde Irán o traslado de aprendices a sedes asociadas en Turquía, mientras asesores legales advierten que la expiración de la validez de seis meses para la solicitud de visa podría obligar a reiniciar el proceso.
Abogados de inmigración señalan que el retraso en Teherán revela una vulnerabilidad mayor en la nueva Ley de Inmigración de Trabajadores Cualificados de Alemania. “La presentación digital ayuda, pero las visas dependen de los cuellos de botella en cada misión consular”, explica la abogada berlinesa Katharina Rau. Recomienda que las empresas presenten cartas de dificultad alegando ‘interés económico urgente’, una disposición que puede acelerar casos bajo la Sección 31 de la Ley, aunque el éxito varía según la embajada.
Para los responsables de movilidad, el consejo inmediato es práctico: extender los plazos de incorporación en los contratos; prever periodos de espera de al menos 12–14 semanas para contrataciones iraníes; y reportar casos en riesgo a la sección económica de la embajada a través de la Cámara de Comercio Alemana en Irán. Algunos grupos multinacionales están también reubicando personal de habla persa ya en la UE para cubrir vacantes, una solución temporal que implica costes adicionales de traslado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores no dio fecha para restaurar la capacidad total, señalando solo que las evaluaciones de seguridad y limitaciones de personal están “en revisión continua”. Mientras tanto, los reclutadores temen un efecto dominó: “Si Alemania transmite que las visas son inciertas, Francia o Canadá captarán ese talento”, advierte Farshad Rahimi, CEO de MedTalent en Frankfurt. En medio de la creciente competencia global por el talento, la ventana de visas en Teherán —o su ausencia— se ha convertido en un cuello de botella inesperado en la batalla de Alemania por su competitividad.










