
La Cámara de Diputados de Italia aprobó definitivamente el 27 de noviembre una amplia Ley de Simplificación y Digitalización que incluye un cambio destacado para los equipos de inmigración corporativa: el plazo para emitir una autorización de trabajo (nulla osta) para dos canales clave de talento se reduce de 60–90 días a solo 30 días.
El primer canal afecta a los ciudadanos no comunitarios que hayan completado un curso oficial italiano de formación profesional y de idioma cívico en el extranjero. Ahora, los empleadores pueden presentar una solicitud nominativa y recibir el nulla osta en un mes, y los graduados dispondrán de hasta 12 meses —el triple del plazo anterior— para solicitar su visa de entrada.
El segundo canal es el programa Tarjeta Azul de la UE para trabajadores altamente cualificados (Art. 27-quater de la Ley de Inmigración). El mismo límite legal de 30 días se aplica ahora, alineando a Italia con los estándares de tramitación más rápidos introducidos por la directiva revisada de la Tarjeta Azul de la UE.
La ley también moderniza las normas sobre adecuación de la vivienda: si el trabajador se aloja en un dormitorio construido específicamente para este fin, el empleador podrá autocertificar el cumplimiento, y los hoteles u otras estructuras de hospedaje solo deberán ser mencionados en la solicitud. Además, se implementan medidas de gobierno electrónico para digitalizar más procesos, reduciendo las visitas presenciales a las comisarías y oficinas de inmigración.
Para las multinacionales, los plazos más cortos harán que las asignaciones en Italia sean más predecibles en 2026, cuando se abran las primeras cuotas del nuevo programa trienal Flussi. Las empresas que dependan de talento STEM —y de trabajadores graduados en centros de formación financiados por Italia en el extranjero— podrán desplegar personal en la mitad del tiempo anterior, mejorando la planificación de proyectos y el control de costos.
El primer canal afecta a los ciudadanos no comunitarios que hayan completado un curso oficial italiano de formación profesional y de idioma cívico en el extranjero. Ahora, los empleadores pueden presentar una solicitud nominativa y recibir el nulla osta en un mes, y los graduados dispondrán de hasta 12 meses —el triple del plazo anterior— para solicitar su visa de entrada.
El segundo canal es el programa Tarjeta Azul de la UE para trabajadores altamente cualificados (Art. 27-quater de la Ley de Inmigración). El mismo límite legal de 30 días se aplica ahora, alineando a Italia con los estándares de tramitación más rápidos introducidos por la directiva revisada de la Tarjeta Azul de la UE.
La ley también moderniza las normas sobre adecuación de la vivienda: si el trabajador se aloja en un dormitorio construido específicamente para este fin, el empleador podrá autocertificar el cumplimiento, y los hoteles u otras estructuras de hospedaje solo deberán ser mencionados en la solicitud. Además, se implementan medidas de gobierno electrónico para digitalizar más procesos, reduciendo las visitas presenciales a las comisarías y oficinas de inmigración.
Para las multinacionales, los plazos más cortos harán que las asignaciones en Italia sean más predecibles en 2026, cuando se abran las primeras cuotas del nuevo programa trienal Flussi. Las empresas que dependan de talento STEM —y de trabajadores graduados en centros de formación financiados por Italia en el extranjero— podrán desplegar personal en la mitad del tiempo anterior, mejorando la planificación de proyectos y el control de costos.









