
Los controvertidos controles fronterizos internos de Alemania, reintroducidos en 2024 y prorrogados repetidamente, vuelven a los tribunales. Werner Schroeder, profesor de derecho europeo en la Universidad de Innsbruck y ciudadano alemán que cruza diariamente la frontera entre Baviera y Tirol, presentó una demanda el 27 de noviembre ante el Tribunal Administrativo de Múnich. Cuenta con el respaldo de la Sociedad para los Derechos Civiles (GFF), con sede en Berlín. Schroeder sostiene que los controles generalizados de Berlín violan los artículos 25-30 del Código de Fronteras Schengen, que permiten controles solo como una excepción estrictamente temporal cuando existe “una amenaza grave para el orden público o la seguridad interna”. Afirma que varias sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y del Tribunal Administrativo Superior de Baviera ya han declarado ilegales extensiones similares, pero la Policía Federal sigue exigiendo identificación a los pasajeros de trenes transfronterizos.
La denuncia del profesor se origina en un incidente ocurrido en junio de 2025 en un tren regional entre Kufstein (Austria) y Rosenheim (Alemania), donde supuestamente agentes usaron la fuerza para arrebatarle la cartera tras negarse a mostrar documentos. Schroeder califica estos controles de “política simbólica” que aporta pocos beneficios en seguridad y perjudica la libre circulación de trabajadores y turistas. Desde septiembre de 2024, Alemania ha ampliado los controles temporales desde la frontera con Austria a las nueve fronteras terrestres; la renovación actual de seis meses estará vigente hasta el 15 de marzo de 2026.
Los responsables de movilidad empresarial advierten que estos controles improvisados añaden entre 15 y 30 minutos a los trayectos por carretera y ferrocarril en corredores transalpinos clave usados por camioneros y lanzaderas corporativas. Los grupos logísticos reportan más multas puntuales a conductores sin pasaporte, a pesar de que las normas de la UE permiten viajar sin identificación para ciudadanos comunitarios. Por ello, la demanda tiene repercusiones más allá de los círculos de derechos civiles: los fabricantes con cadenas de suministro just-in-time temen mayores costes si la “excepción” de Schengen se vuelve permanente.
Si el tribunal de Múnich acepta la demanda, Berlín podría verse obligado a acabar con los controles o defenderlos ante el Tribunal de Justicia de la UE, lo que podría redefinir las expectativas de cumplimiento en todo el bloque. Las multinacionales deberían seguir el calendario del caso (la primera audiencia se espera para el segundo trimestre de 2026) y aconsejar a sus empleados que crucen las fronteras austríaca, polaca o checa que continúen llevando identificación válida hasta que se dicte una sentencia definitiva.
La denuncia del profesor se origina en un incidente ocurrido en junio de 2025 en un tren regional entre Kufstein (Austria) y Rosenheim (Alemania), donde supuestamente agentes usaron la fuerza para arrebatarle la cartera tras negarse a mostrar documentos. Schroeder califica estos controles de “política simbólica” que aporta pocos beneficios en seguridad y perjudica la libre circulación de trabajadores y turistas. Desde septiembre de 2024, Alemania ha ampliado los controles temporales desde la frontera con Austria a las nueve fronteras terrestres; la renovación actual de seis meses estará vigente hasta el 15 de marzo de 2026.
Los responsables de movilidad empresarial advierten que estos controles improvisados añaden entre 15 y 30 minutos a los trayectos por carretera y ferrocarril en corredores transalpinos clave usados por camioneros y lanzaderas corporativas. Los grupos logísticos reportan más multas puntuales a conductores sin pasaporte, a pesar de que las normas de la UE permiten viajar sin identificación para ciudadanos comunitarios. Por ello, la demanda tiene repercusiones más allá de los círculos de derechos civiles: los fabricantes con cadenas de suministro just-in-time temen mayores costes si la “excepción” de Schengen se vuelve permanente.
Si el tribunal de Múnich acepta la demanda, Berlín podría verse obligado a acabar con los controles o defenderlos ante el Tribunal de Justicia de la UE, lo que podría redefinir las expectativas de cumplimiento en todo el bloque. Las multinacionales deberían seguir el calendario del caso (la primera audiencia se espera para el segundo trimestre de 2026) y aconsejar a sus empleados que crucen las fronteras austríaca, polaca o checa que continúen llevando identificación válida hasta que se dicte una sentencia definitiva.








