
Los trabajadores agrícolas egipcios que esperaban recoger manzanas en Moravia la próxima primavera tuvieron solo minutos para asegurar una cita después de que la Embajada de República Checa en El Cairo activara discretamente su calendario de reservas en línea el 21 de noviembre, para luego cerrarlo seis horas después. La embajada aceptó solo cinco solicitudes completas, agotando la cuota de noviembre para Egipto, antes de que el sistema se desactivara a las 16:00 hora local.
Esta apertura relámpago, confirmada por la embajada el 26 de noviembre, forma parte del esfuerzo de Praga por “distribuir de manera uniforme la limitada capacidad de procesamiento a lo largo del año” tras la cancelación en julio de las presentaciones presenciales para la popular Tarjeta de Empleado. Las visas para trabajo estacional permiten a nacionales no pertenecientes a la UE vivir y trabajar en Chequia hasta nueve meses en sectores como la agricultura, la hostelería y la logística. Con un desempleo en mínimos históricos del 2,7 % y la demanda navideña a la vista, los productores checos aseguran que la microcuota apenas cubre una pequeña parte: solo los productores de fruta estiman un déficit de 2.000 recolectores.
Para los gestores de movilidad, este episodio es una advertencia. Las cuotas para nacionales de terceros países son ahora tan estrictas que una sola alerta perdida puede descarrilar un calendario de producción. Los empleadores recurren a servicios de notificación externos, grupos de Telegram e incluso a “cazadores de plazas” pagados para monitorear los portales de reservas de las embajadas en el norte de África y el sur de Asia.
La embajada asegura que habrá más plazas disponibles a mediados de diciembre, pero no ha especificado cuántas ni por cuánto tiempo. Por ello, las empresas deben preparar los expedientes de visa completos con antelación y autorizar a agentes de confianza en El Cairo para que reserven en cuanto el calendario se active.
A nivel político, los grupos empresariales checos están presionando al gobierno entrante para que duplique la cuota de trabajadores estacionales en 2026 y permita solicitudes grupales presentadas por empleadores acreditados, argumentando que las microventanas improvisadas socavan los canales legales de migración y empujan a los trabajadores hacia intermediarios irregulares.
Esta apertura relámpago, confirmada por la embajada el 26 de noviembre, forma parte del esfuerzo de Praga por “distribuir de manera uniforme la limitada capacidad de procesamiento a lo largo del año” tras la cancelación en julio de las presentaciones presenciales para la popular Tarjeta de Empleado. Las visas para trabajo estacional permiten a nacionales no pertenecientes a la UE vivir y trabajar en Chequia hasta nueve meses en sectores como la agricultura, la hostelería y la logística. Con un desempleo en mínimos históricos del 2,7 % y la demanda navideña a la vista, los productores checos aseguran que la microcuota apenas cubre una pequeña parte: solo los productores de fruta estiman un déficit de 2.000 recolectores.
Para los gestores de movilidad, este episodio es una advertencia. Las cuotas para nacionales de terceros países son ahora tan estrictas que una sola alerta perdida puede descarrilar un calendario de producción. Los empleadores recurren a servicios de notificación externos, grupos de Telegram e incluso a “cazadores de plazas” pagados para monitorear los portales de reservas de las embajadas en el norte de África y el sur de Asia.
La embajada asegura que habrá más plazas disponibles a mediados de diciembre, pero no ha especificado cuántas ni por cuánto tiempo. Por ello, las empresas deben preparar los expedientes de visa completos con antelación y autorizar a agentes de confianza en El Cairo para que reserven en cuanto el calendario se active.
A nivel político, los grupos empresariales checos están presionando al gobierno entrante para que duplique la cuota de trabajadores estacionales en 2026 y permita solicitudes grupales presentadas por empleadores acreditados, argumentando que las microventanas improvisadas socavan los canales legales de migración y empujan a los trabajadores hacia intermediarios irregulares.











