
La Agencia Nacional de Aviación Civil de Brasil (ANAC) confirmó que en octubre de 2025 las aerolíneas transportaron 11 millones de pasajeros en rutas nacionales e internacionales, la cifra mensual más alta desde que se inició la serie estadística en 2000. Los vuelos domésticos representaron poco más de 9 millones de viajeros, mientras que las rutas internacionales movilizaron 2 millones, situando a octubre entre los cuatro meses más activos en la historia de la aviación brasileña, solo por detrás de enero de 2015, enero de 2020 y julio de 2025. Los factores de ocupación promediaron un 83 % en vuelos nacionales y un 87 % en trayectos de larga distancia, reflejando una recuperación sólida tanto en la demanda de ocio como corporativa.
Las mejoras en infraestructura han sido clave para este crecimiento. Desde 2023, 21 aeropuertos —entre ellos Recife, Manaos y Belo Horizonte— han transferido sus operaciones a concesionarios privados, liberando más de 12.000 millones de reales (2.400 millones de dólares) en inversiones programadas. El aeropuerto de São Paulo/Guarulhos está probando puertas biométricas que reducen en promedio ocho minutos los tiempos de conexión internacional, una ventaja importante para itinerarios de negocios ajustados.
Para los equipos de movilidad global y gestión de viajes, este récord de tráfico representa tanto oportunidades como desafíos. Un mapa de rutas más amplio y frecuencias más densas mejoran la flexibilidad para asignaciones de última hora, pero el éxito del mercado también genera cuellos de botella. Los datos adelantados del GDS muestran que las tarifas en clase económica para el primer trimestre de 2026 serán entre un 7 % y un 9 % más altas que en el mismo periodo del año anterior, lo que sugiere que los presupuestos de viajes corporativos deberán ser revisados. Las aerolíneas ya están reaccionando: Gol incorporará ocho Boeing 737-MAX 8 para febrero, mientras que Azul y LATAM están adaptando sus cabinas para aumentar la densidad de asientos y reducir el costo por plaza.
Los analistas prevén que el tráfico anual supere los 120 millones de pasajeros, una cifra simbólica que sitúa a Brasil en línea con las previsiones previas a la COVID que muchos consideraban demasiado optimistas. La gran incógnita es si la infraestructura podrá seguir el ritmo: las estadísticas de ANAC muestran que la saturación de pistas en horas punta en Guarulhos y Brasilia ya supera el 85 %, y la coordinación de franjas horarias en el aeropuerto Santos-Dumont de Río se ajustará aún más antes de los Juegos Panamericanos 2026. Por ello, se recomienda a los gestores de movilidad reservar franjas horarias temprano en la mañana o tarde en la noche cuando sea posible y negociar cláusulas de reprogramación con las aerolíneas preferidas.
En definitiva, el récord de octubre ilustra la rápida recuperación del mercado aéreo brasileño. Para las empresas que rotan talento por Sudamérica, estas cifras se traducen en decisiones concretas de programación, pero también en la necesidad de monitorear las limitaciones de capacidad, posibles faltas de tripulación y la volatilidad de precios durante 2026.
Las mejoras en infraestructura han sido clave para este crecimiento. Desde 2023, 21 aeropuertos —entre ellos Recife, Manaos y Belo Horizonte— han transferido sus operaciones a concesionarios privados, liberando más de 12.000 millones de reales (2.400 millones de dólares) en inversiones programadas. El aeropuerto de São Paulo/Guarulhos está probando puertas biométricas que reducen en promedio ocho minutos los tiempos de conexión internacional, una ventaja importante para itinerarios de negocios ajustados.
Para los equipos de movilidad global y gestión de viajes, este récord de tráfico representa tanto oportunidades como desafíos. Un mapa de rutas más amplio y frecuencias más densas mejoran la flexibilidad para asignaciones de última hora, pero el éxito del mercado también genera cuellos de botella. Los datos adelantados del GDS muestran que las tarifas en clase económica para el primer trimestre de 2026 serán entre un 7 % y un 9 % más altas que en el mismo periodo del año anterior, lo que sugiere que los presupuestos de viajes corporativos deberán ser revisados. Las aerolíneas ya están reaccionando: Gol incorporará ocho Boeing 737-MAX 8 para febrero, mientras que Azul y LATAM están adaptando sus cabinas para aumentar la densidad de asientos y reducir el costo por plaza.
Los analistas prevén que el tráfico anual supere los 120 millones de pasajeros, una cifra simbólica que sitúa a Brasil en línea con las previsiones previas a la COVID que muchos consideraban demasiado optimistas. La gran incógnita es si la infraestructura podrá seguir el ritmo: las estadísticas de ANAC muestran que la saturación de pistas en horas punta en Guarulhos y Brasilia ya supera el 85 %, y la coordinación de franjas horarias en el aeropuerto Santos-Dumont de Río se ajustará aún más antes de los Juegos Panamericanos 2026. Por ello, se recomienda a los gestores de movilidad reservar franjas horarias temprano en la mañana o tarde en la noche cuando sea posible y negociar cláusulas de reprogramación con las aerolíneas preferidas.
En definitiva, el récord de octubre ilustra la rápida recuperación del mercado aéreo brasileño. Para las empresas que rotan talento por Sudamérica, estas cifras se traducen en decisiones concretas de programación, pero también en la necesidad de monitorear las limitaciones de capacidad, posibles faltas de tripulación y la volatilidad de precios durante 2026.









