
Nuevas estadísticas del Ministerio del Interior, analizadas el 26 de noviembre de 2025, revelan que Austria recibió solo 1.293 solicitudes de asilo en octubre, una caída del 49 % respecto al año anterior y el total mensual más bajo desde 2020. Las solicitudes acumuladas de enero a octubre suman 14.325, aproximadamente un tercio menos que en 2024. Las autoridades atribuyen esta reducción a una combinación de medidas: controles prolongados en las fronteras internas del espacio Schengen con Hungría, Eslovenia, Eslovaquia y República Checa, cuotas más estrictas para la reunificación familiar y operaciones policiales conjuntas como la “Operación Fox” en territorio húngaro.
Este respiro inesperado se está aprovechando para resolver un gran volumen de casos pendientes en la Oficina Federal de Inmigración y Asilo (BFA). Según el mismo informe, el retraso de 26.000 expedientes —muchos de ellos solicitudes para pasar de un estatus de estancia tolerada a uno regular en el mercado laboral— se ha reducido a menos de 9.500. Los tiempos de tramitación para la crucial conversión de asilo a permiso de trabajo han bajado de más de cuatro meses a “menos de dos meses en promedio”, según la BFA.
Esto es importante para los empleadores austriacos. Miles de refugiados que ya trabajan de facto estaban atrapados en un limbo legal, sin poder firmar contratos indefinidos ni realizar viajes de negocios transfronterizos. Los plazos más cortos permiten a los departamentos de recursos humanos regularizar al personal más rápido, reducir costos de mano de obra temporal y planificar inversiones en formación con mayor certeza. Los sectores que más se beneficiarán son la industria alimentaria y el cuidado de personas mayores, donde los refugiados reconocidos representan una proporción creciente de las contrataciones de nivel inicial.
Las ONG de migración advierten que la disminución en las solicitudes de asilo es en parte estacional y en parte resultado de una ‘desviación’: las solicitudes aumentan en Italia y Croacia, ya que los migrantes optan por rutas alternativas. También alertan que la paralización en la reunificación familiar podría generar problemas de integración social a futuro. Sin embargo, desde la perspectiva de la movilidad global, el impacto operativo es claro: menos casos en la BFA significa decisiones más rápidas sobre residencia y acceso al mercado laboral.
Las empresas que emplean a personal que aún espera la confirmación de su estatus deben monitorear diariamente el portal en línea de la BFA; una vez emitida una decisión positiva de asilo, el empleado tiene solo cuatro semanas para presentar la solicitud de la tarjeta Roja-Blanca-Roja o Blue Card mediante el procedimiento simplificado. Los asesores legales recomiendan reservar citas de inmediato para aprovechar los nuevos plazos más cortos.
Este respiro inesperado se está aprovechando para resolver un gran volumen de casos pendientes en la Oficina Federal de Inmigración y Asilo (BFA). Según el mismo informe, el retraso de 26.000 expedientes —muchos de ellos solicitudes para pasar de un estatus de estancia tolerada a uno regular en el mercado laboral— se ha reducido a menos de 9.500. Los tiempos de tramitación para la crucial conversión de asilo a permiso de trabajo han bajado de más de cuatro meses a “menos de dos meses en promedio”, según la BFA.
Esto es importante para los empleadores austriacos. Miles de refugiados que ya trabajan de facto estaban atrapados en un limbo legal, sin poder firmar contratos indefinidos ni realizar viajes de negocios transfronterizos. Los plazos más cortos permiten a los departamentos de recursos humanos regularizar al personal más rápido, reducir costos de mano de obra temporal y planificar inversiones en formación con mayor certeza. Los sectores que más se beneficiarán son la industria alimentaria y el cuidado de personas mayores, donde los refugiados reconocidos representan una proporción creciente de las contrataciones de nivel inicial.
Las ONG de migración advierten que la disminución en las solicitudes de asilo es en parte estacional y en parte resultado de una ‘desviación’: las solicitudes aumentan en Italia y Croacia, ya que los migrantes optan por rutas alternativas. También alertan que la paralización en la reunificación familiar podría generar problemas de integración social a futuro. Sin embargo, desde la perspectiva de la movilidad global, el impacto operativo es claro: menos casos en la BFA significa decisiones más rápidas sobre residencia y acceso al mercado laboral.
Las empresas que emplean a personal que aún espera la confirmación de su estatus deben monitorear diariamente el portal en línea de la BFA; una vez emitida una decisión positiva de asilo, el empleado tiene solo cuatro semanas para presentar la solicitud de la tarjeta Roja-Blanca-Roja o Blue Card mediante el procedimiento simplificado. Los asesores legales recomiendan reservar citas de inmediato para aprovechar los nuevos plazos más cortos.









