
En una rueda de prensa el 26 de noviembre, el ministro de Justicia, Jim O’Callaghan, se comprometió a reducir el tiempo medio de resolución de solicitudes de asilo en Irlanda a entre tres y seis meses para mediados de 2026, frente a los 18 meses actuales. El anuncio se acompaña de propuestas legislativas que agilizan los recursos y permiten la devolución anticipada de solicitantes considerados no elegibles.
La implementación depende de la contratación de 300 nuevos gestores de casos, la modernización del sistema informático de gestión de casos de la Oficina de Protección Internacional y la ampliación de la capacidad para entrevistas remotas. Las reformas se basan en las mejores prácticas de Dinamarca y Países Bajos, donde los procedimientos más breves han reducido la congestión en los centros de acogida y los costes generales.
Para las empresas, un ciclo de decisión más rápido acelerará el acceso al mercado laboral de los solicitantes aprobados, algo especialmente importante en sectores con escasez de mano de obra. Según las normas actuales, los solicitantes de protección pueden buscar empleo tras seis meses; una decisión más rápida en primera instancia permitiría que muchos accedan directamente a permisos de trabajo regulares o a vías de reunificación familiar.
Los abogados de inmigración advierten que los plazos reducidos deben ir acompañados de un financiamiento sólido para la asistencia legal, para evitar errores procesales que deriven en impugnaciones judiciales. El Gobierno ha destinado 12 millones de euros adicionales para servicios de asistencia legal e intérpretes.
Si se logra, este plazo convertiría a Irlanda en una de las jurisdicciones de asilo más rápidas de Europa, reforzando su reputación entre las multinacionales por su eficiencia administrativa, aunque los críticos señalan que también podría incentivar un aumento en las solicitudes.
La implementación depende de la contratación de 300 nuevos gestores de casos, la modernización del sistema informático de gestión de casos de la Oficina de Protección Internacional y la ampliación de la capacidad para entrevistas remotas. Las reformas se basan en las mejores prácticas de Dinamarca y Países Bajos, donde los procedimientos más breves han reducido la congestión en los centros de acogida y los costes generales.
Para las empresas, un ciclo de decisión más rápido acelerará el acceso al mercado laboral de los solicitantes aprobados, algo especialmente importante en sectores con escasez de mano de obra. Según las normas actuales, los solicitantes de protección pueden buscar empleo tras seis meses; una decisión más rápida en primera instancia permitiría que muchos accedan directamente a permisos de trabajo regulares o a vías de reunificación familiar.
Los abogados de inmigración advierten que los plazos reducidos deben ir acompañados de un financiamiento sólido para la asistencia legal, para evitar errores procesales que deriven en impugnaciones judiciales. El Gobierno ha destinado 12 millones de euros adicionales para servicios de asistencia legal e intérpretes.
Si se logra, este plazo convertiría a Irlanda en una de las jurisdicciones de asilo más rápidas de Europa, reforzando su reputación entre las multinacionales por su eficiencia administrativa, aunque los críticos señalan que también podría incentivar un aumento en las solicitudes.






