
Alemania despertó el 26 de noviembre con la mayor huelga de un solo día en sus aeropuertos comerciales de este año. El sindicato del sector servicios Verdi convocó una huelga de 24 horas tras unas maratonianas negociaciones salariales con los empleadores del sector público que nuevamente no lograron un acuerdo. El personal de manejo en tierra, los agentes de seguridad y algunos equipos de bomberos y rescate aeroportuarios dejaron de trabajar desde las 00:00 hasta las 24:00, lo que obligó a cancelar alrededor de 3.400 vuelos en 10 centros, incluyendo Frankfurt, Múnich, Berlín y Hamburgo. La Asociación Alemana de Aeropuertos (ADV) estimó que más de 500.000 pasajeros no pudieron viajar, mientras que decenas de miles más sufrieron retrasos prolongados y conexiones perdidas.
El aeropuerto de Frankfurt, normalmente el cuarto más transitado de Europa, suspendió todo el tráfico de pasajeros con origen en sus instalaciones y advirtió que las operaciones de tránsito también se verían “gravemente restringidas”. Lufthansa anticipó la paralización de la mayor parte de su red continental durante el día y ofreció cambios de reserva gratuitos o vales para tren. A los operadores de carga se les informó que debían esperar retrasos en la manipulación de hasta 48 horas.
Verdi exige un aumento salarial del 8%, un incremento fijo de 350 euros y mayores compensaciones por turnos nocturnos, fines de semana y tareas peligrosas. Los empleadores respondieron que el sector aéreo, aún recuperándose de las pérdidas postpandemia, no puede asumir un acuerdo que supere la inflación sin trasladar los costos a los viajeros. Se espera que un equipo federal de mediación intervenga a finales de esta semana.
Para los responsables de movilidad corporativa, el momento es complicado: el último trimestre suele estar lleno de visitas de proyectos de fin de año y viajes de regreso a casa de expatriados. Las empresas con personal crítico en movimiento están buscando asientos en tren o transporte por carretera y revisando los protocolos de cuidado y responsabilidad. Los corredores de seguros señalan que muchas pólizas consideran las huelgas como un “evento conocido”, limitando la cobertura para nuevas reservas hechas después del anuncio de la huelga.
La huelga también reaviva el debate sobre las leyes de huelga en Alemania. Las cámaras empresariales y varios gobiernos estatales instan a la coalición federal a legislar acuerdos de servicio mínimo obligatorios en la aviación y otras infraestructuras críticas, siguiendo el ejemplo de Francia, Italia y España. Aunque el derecho a huelga está protegido constitucionalmente, las recientes paralizaciones en varios aeropuertos han renovado las demandas de encontrar un equilibrio entre los derechos laborales y el interés público en la movilidad.
El aeropuerto de Frankfurt, normalmente el cuarto más transitado de Europa, suspendió todo el tráfico de pasajeros con origen en sus instalaciones y advirtió que las operaciones de tránsito también se verían “gravemente restringidas”. Lufthansa anticipó la paralización de la mayor parte de su red continental durante el día y ofreció cambios de reserva gratuitos o vales para tren. A los operadores de carga se les informó que debían esperar retrasos en la manipulación de hasta 48 horas.
Verdi exige un aumento salarial del 8%, un incremento fijo de 350 euros y mayores compensaciones por turnos nocturnos, fines de semana y tareas peligrosas. Los empleadores respondieron que el sector aéreo, aún recuperándose de las pérdidas postpandemia, no puede asumir un acuerdo que supere la inflación sin trasladar los costos a los viajeros. Se espera que un equipo federal de mediación intervenga a finales de esta semana.
Para los responsables de movilidad corporativa, el momento es complicado: el último trimestre suele estar lleno de visitas de proyectos de fin de año y viajes de regreso a casa de expatriados. Las empresas con personal crítico en movimiento están buscando asientos en tren o transporte por carretera y revisando los protocolos de cuidado y responsabilidad. Los corredores de seguros señalan que muchas pólizas consideran las huelgas como un “evento conocido”, limitando la cobertura para nuevas reservas hechas después del anuncio de la huelga.
La huelga también reaviva el debate sobre las leyes de huelga en Alemania. Las cámaras empresariales y varios gobiernos estatales instan a la coalición federal a legislar acuerdos de servicio mínimo obligatorios en la aviación y otras infraestructuras críticas, siguiendo el ejemplo de Francia, Italia y España. Aunque el derecho a huelga está protegido constitucionalmente, las recientes paralizaciones en varios aeropuertos han renovado las demandas de encontrar un equilibrio entre los derechos laborales y el interés público en la movilidad.










