
El jefe ejecutivo John Lee expresó el 24 de noviembre su total apoyo a la postura de Pekín en la creciente guerra de declaraciones con Tokio sobre la seguridad en Taiwán. En declaraciones a la prensa, Lee criticó los comentarios previos de la primera ministra japonesa Sanae Takaichi sobre una posible intervención militar, calificándolos de “irresponsables”, y afirmó que Hong Kong “actuará en consonancia con la dignidad nacional y nuestros propios intereses”.
Aunque Lee no confirmó oficialmente los informes de prensa que indican que Hong Kong ha suspendido ciertos intercambios entre ciudades con Japón, señaló que la Oficina de Seguridad ya había actualizado su página de viajes a Japón el 15 de noviembre, instando a los residentes a mantenerse alerta y seguir la evolución de los acontecimientos. Las aerolíneas locales, incluyendo Cathay Pacific y HK Express, han ofrecido opciones gratuitas para cambiar fechas o reembolsos en vuelos de diciembre y enero, y las aseguradoras de viajes reportan un aumento en las reclamaciones por cancelaciones voluntarias.
Esta retórica surge en un momento delicado para las relaciones económicas entre Hong Kong y Japón. El año pasado, 36,000 empresas japonesas usaron la Región Administrativa Especial como base regional, y el 7.3 % de los visitantes entrantes a Japón provenían de Hong Kong. Los minoristas temen que una tensión prolongada pueda afectar las ventas de productos de lujo, populares entre los turistas hongkoneses, mientras que las empresas de logística advierten que cualquier medida de represalia podría entorpecer el flujo de carga aérea de productos electrónicos de alto valor.
A corto plazo, los expertos en movilidad aconsejan a los viajeros corporativos a Japón registrar sus itinerarios en las plataformas de seguridad de sus empresas, asegurarse de que los billetes sean flexibles y revisar las cláusulas de fuerza mayor en los contratos de eventos. Si la disputa escala a una alerta oficial de viaje de salida, los organizadores de grupos probablemente podrían recuperar la mayoría de los costos prepagados, pero solo si adquirieron pólizas que cubran disturbios políticos como motivo válido.
Sin embargo, los analistas subrayan que los comentarios mesurados de Hong Kong buscan equilibrar la solidaridad con Pekín y el papel de la RAE como centro regional de aviación. Un diplomático senior señaló que no se han impuesto restricciones adicionales de entrada y que los vuelos directos continúan operando con normalidad. “Esto es una señal, no un cierre”, afirmó.
Aunque Lee no confirmó oficialmente los informes de prensa que indican que Hong Kong ha suspendido ciertos intercambios entre ciudades con Japón, señaló que la Oficina de Seguridad ya había actualizado su página de viajes a Japón el 15 de noviembre, instando a los residentes a mantenerse alerta y seguir la evolución de los acontecimientos. Las aerolíneas locales, incluyendo Cathay Pacific y HK Express, han ofrecido opciones gratuitas para cambiar fechas o reembolsos en vuelos de diciembre y enero, y las aseguradoras de viajes reportan un aumento en las reclamaciones por cancelaciones voluntarias.
Esta retórica surge en un momento delicado para las relaciones económicas entre Hong Kong y Japón. El año pasado, 36,000 empresas japonesas usaron la Región Administrativa Especial como base regional, y el 7.3 % de los visitantes entrantes a Japón provenían de Hong Kong. Los minoristas temen que una tensión prolongada pueda afectar las ventas de productos de lujo, populares entre los turistas hongkoneses, mientras que las empresas de logística advierten que cualquier medida de represalia podría entorpecer el flujo de carga aérea de productos electrónicos de alto valor.
A corto plazo, los expertos en movilidad aconsejan a los viajeros corporativos a Japón registrar sus itinerarios en las plataformas de seguridad de sus empresas, asegurarse de que los billetes sean flexibles y revisar las cláusulas de fuerza mayor en los contratos de eventos. Si la disputa escala a una alerta oficial de viaje de salida, los organizadores de grupos probablemente podrían recuperar la mayoría de los costos prepagados, pero solo si adquirieron pólizas que cubran disturbios políticos como motivo válido.
Sin embargo, los analistas subrayan que los comentarios mesurados de Hong Kong buscan equilibrar la solidaridad con Pekín y el papel de la RAE como centro regional de aviación. Un diplomático senior señaló que no se han impuesto restricciones adicionales de entrada y que los vuelos directos continúan operando con normalidad. “Esto es una señal, no un cierre”, afirmó.








