
La mayor aerolínea de Alemania enfrentó la huelga laboral más disruptiva del año el lunes 24 de noviembre, cuando el sindicato de pilotos Vereinigung Cockpit (VC) amplió una protesta inicialmente convocada para el domingo. Desde las 00:01 del 23 de noviembre hasta las 23:59 del 24 de noviembre, los pilotos de Lufthansa suspendieron todos los vuelos con el objetivo de exigir mayores aportes de la empresa al plan de pensiones de la compañía.
Para la tarde del lunes, Lufthansa había cancelado 912 vuelos —incluyendo 82 de larga distancia— en Frankfurt y Múnich, dejando varados a unos 115,000 pasajeros. La empresa reservó 4,000 habitaciones de hotel en ambos centros y envió más de 70,000 notificaciones de reprogramación por SMS y correo electrónico. Las aerolíneas del grupo SWISS, Austrian, Brussels Airlines, Eurowings y Air Dolomiti no participaron en la huelga y operaron un servicio mínimo de conexión, pero la congestión en los aeropuertos provocó retrasos en todo el país.
Para los equipos de movilidad corporativa, el momento no podría ser peor. Tras dos años de interrupciones por la pandemia, los consulados alemanes finalmente están resolviendo atrasos en visas; miles de empleados desplazados tienen citas esta semana para activar sus permisos de residencia. La Policía Federal suele mostrar poca flexibilidad, pero los viajeros deben presentar comprobantes de cancelación para asegurar una nueva cita. Los responsables de carga también enfrentan dificultades: aunque Lufthansa Cargo no está en huelga, la capacidad en la bodega de los aviones de pasajeros se ha reducido en aproximadamente un tercio, limitando el espacio para envíos de alto valor y urgentes.
El conflicto pone en evidencia un riesgo mayor para las empresas que usan a Alemania como centro de movilidad. Un proyecto de ley para imponer servicios mínimos en “infraestructuras críticas de transporte” sigue estancado en comisiones del Bundestag, lo que significa que incluso huelgas de 48 horas pueden paralizar completamente las operaciones aéreas. Por ello, los gestores de viajes aconsejan a los ejecutivos mantener itinerarios alternativos por tren y rutas vía Ámsterdam, París o Viena, además de incluir días extra de contingencia en los cronogramas de proyectos.
Las negociaciones se reanudan el miércoles. Si no se llega a un acuerdo, VC ha amenazado con nuevas huelgas en diciembre, que podrían coincidir con la temporada alta de regreso a casa de expatriados y la primera oleada de turistas británicos post-Brexit que visitan los mercados navideños alemanes.
Para la tarde del lunes, Lufthansa había cancelado 912 vuelos —incluyendo 82 de larga distancia— en Frankfurt y Múnich, dejando varados a unos 115,000 pasajeros. La empresa reservó 4,000 habitaciones de hotel en ambos centros y envió más de 70,000 notificaciones de reprogramación por SMS y correo electrónico. Las aerolíneas del grupo SWISS, Austrian, Brussels Airlines, Eurowings y Air Dolomiti no participaron en la huelga y operaron un servicio mínimo de conexión, pero la congestión en los aeropuertos provocó retrasos en todo el país.
Para los equipos de movilidad corporativa, el momento no podría ser peor. Tras dos años de interrupciones por la pandemia, los consulados alemanes finalmente están resolviendo atrasos en visas; miles de empleados desplazados tienen citas esta semana para activar sus permisos de residencia. La Policía Federal suele mostrar poca flexibilidad, pero los viajeros deben presentar comprobantes de cancelación para asegurar una nueva cita. Los responsables de carga también enfrentan dificultades: aunque Lufthansa Cargo no está en huelga, la capacidad en la bodega de los aviones de pasajeros se ha reducido en aproximadamente un tercio, limitando el espacio para envíos de alto valor y urgentes.
El conflicto pone en evidencia un riesgo mayor para las empresas que usan a Alemania como centro de movilidad. Un proyecto de ley para imponer servicios mínimos en “infraestructuras críticas de transporte” sigue estancado en comisiones del Bundestag, lo que significa que incluso huelgas de 48 horas pueden paralizar completamente las operaciones aéreas. Por ello, los gestores de viajes aconsejan a los ejecutivos mantener itinerarios alternativos por tren y rutas vía Ámsterdam, París o Viena, además de incluir días extra de contingencia en los cronogramas de proyectos.
Las negociaciones se reanudan el miércoles. Si no se llega a un acuerdo, VC ha amenazado con nuevas huelgas en diciembre, que podrían coincidir con la temporada alta de regreso a casa de expatriados y la primera oleada de turistas británicos post-Brexit que visitan los mercados navideños alemanes.










