
El Reino Unido implementará una Autorización Electrónica de Viaje (ETA) obligatoria a partir del 25 de febrero de 2026 para ciudadanos de 85 países exentos de visa, incluyendo Australia, añadiendo un nuevo paso previo a la salida para millones de viajeros.
Según el nuevo sistema, los australianos que visiten el Reino Unido por turismo, negocios, familia o estudios por un máximo de seis meses deberán solicitar la autorización en línea a través de una aplicación o sitio web, pagar una tarifa de £16 y obtener la aprobación digital vinculada a su pasaporte. Las aerolíneas estarán obligadas a verificar el estado del ETA en el check-in, similar a los sistemas ESTA de EE. UU. y eTA de Canadá.
Para los programas de movilidad corporativa, este cambio implica que los perfiles de los viajeros y las herramientas de reserva en línea deben registrar los números de referencia del ETA además de la Información Avanzada de Pasajeros. Los viajes de última hora podrían verse afectados si un ejecutivo olvida solicitar la autorización, por lo que las organizaciones están incorporando recordatorios automáticos en los procesos de aprobación de viajes y considerando la compra masiva de tarjetas de crédito prepagas para cubrir la tarifa.
El Ministerio del Interior del Reino Unido sostiene que el ETA fortalecerá la seguridad fronteriza y permitirá un control basado en riesgos antes de que los viajeros aborden. Sin embargo, críticos del sector turístico británico advierten que la tarifa equivale a un nuevo ‘impuesto turístico’ que podría desalentar visitas espontáneas de corta distancia, aunque con £16 es más económico que muchos sistemas similares.
Los titulares de pasaportes australianos, ya familiarizados con autorizaciones tipo ESTA para EE. UU., probablemente no enfrentarán grandes dificultades, pero los asesores recomiendan solicitarla al menos 72 horas antes de la salida y asegurarse de usar el mismo pasaporte para la solicitud y el viaje. Además, quienes transiten por el Reino Unido en ‘escalas’ en clase ejecutiva también necesitarán un ETA, cerrando una laguna que antes permitía transferencias aéreas sin documentación.
Según el nuevo sistema, los australianos que visiten el Reino Unido por turismo, negocios, familia o estudios por un máximo de seis meses deberán solicitar la autorización en línea a través de una aplicación o sitio web, pagar una tarifa de £16 y obtener la aprobación digital vinculada a su pasaporte. Las aerolíneas estarán obligadas a verificar el estado del ETA en el check-in, similar a los sistemas ESTA de EE. UU. y eTA de Canadá.
Para los programas de movilidad corporativa, este cambio implica que los perfiles de los viajeros y las herramientas de reserva en línea deben registrar los números de referencia del ETA además de la Información Avanzada de Pasajeros. Los viajes de última hora podrían verse afectados si un ejecutivo olvida solicitar la autorización, por lo que las organizaciones están incorporando recordatorios automáticos en los procesos de aprobación de viajes y considerando la compra masiva de tarjetas de crédito prepagas para cubrir la tarifa.
El Ministerio del Interior del Reino Unido sostiene que el ETA fortalecerá la seguridad fronteriza y permitirá un control basado en riesgos antes de que los viajeros aborden. Sin embargo, críticos del sector turístico británico advierten que la tarifa equivale a un nuevo ‘impuesto turístico’ que podría desalentar visitas espontáneas de corta distancia, aunque con £16 es más económico que muchos sistemas similares.
Los titulares de pasaportes australianos, ya familiarizados con autorizaciones tipo ESTA para EE. UU., probablemente no enfrentarán grandes dificultades, pero los asesores recomiendan solicitarla al menos 72 horas antes de la salida y asegurarse de usar el mismo pasaporte para la solicitud y el viaje. Además, quienes transiten por el Reino Unido en ‘escalas’ en clase ejecutiva también necesitarán un ETA, cerrando una laguna que antes permitía transferencias aéreas sin documentación.









