
En una columna publicada el 24 de noviembre, el economista John FitzGerald advirtió que las propuestas para limitar la inmigración cualificada procedente de fuera de la UE serían un “error grave” para Irlanda. Basándose en un análisis de escenarios del Departamento de Finanzas, sostiene que el envejecimiento de la población y el mercado laboral ajustado hacen que la llegada continua de trabajadores altamente cualificados —especialmente de India y Brasil— sea esencial para mantener el crecimiento y financiar los futuros costes sanitarios.
FitzGerald calcula que si el Gobierno restringe los permisos de trabajo, los salarios en sectores con escasez se dispararán, impulsando la inflación y desincentivando la inversión extranjera. Argumenta que los cuellos de botella en infraestructuras deberían solucionarse aumentando la oferta de vivienda en lugar de limitar el talento, reflejando las preocupaciones de empleadores en tecnología y biotecnología que ya tienen dificultades para cubrir puestos especializados.
El artículo surge en medio del debate político sobre si los límites a la migración podrían aliviar la presión sobre los servicios públicos. FitzGerald responde que una reducción generalizada dejaría a Irlanda menos competitiva y podría simplemente desviar la llegada de trabajadores hacia candidatos de la UE, ofreciendo poco alivio a la demanda de vivienda y reduciendo la base impositiva.
Para las multinacionales, el editorial refuerza el argumento empresarial para mantener cuotas flexibles en los permisos de empleo. Los responsables de movilidad podrían usar este argumento para oponerse a políticas que restrinjan los permisos de Habilidades Críticas y Empleo General. Además, el artículo subraya la necesidad de que las empresas participen en las consultas sobre la revisión de la lista de ocupaciones, actualmente abierta en el Departamento de Empresa.
Aunque es un artículo de opinión, el análisis de FitzGerald tiene gran influencia en los círculos políticos irlandeses y señala la resistencia de los economistas a propuestas que confunden la falta de infraestructuras con los niveles de inmigración.
FitzGerald calcula que si el Gobierno restringe los permisos de trabajo, los salarios en sectores con escasez se dispararán, impulsando la inflación y desincentivando la inversión extranjera. Argumenta que los cuellos de botella en infraestructuras deberían solucionarse aumentando la oferta de vivienda en lugar de limitar el talento, reflejando las preocupaciones de empleadores en tecnología y biotecnología que ya tienen dificultades para cubrir puestos especializados.
El artículo surge en medio del debate político sobre si los límites a la migración podrían aliviar la presión sobre los servicios públicos. FitzGerald responde que una reducción generalizada dejaría a Irlanda menos competitiva y podría simplemente desviar la llegada de trabajadores hacia candidatos de la UE, ofreciendo poco alivio a la demanda de vivienda y reduciendo la base impositiva.
Para las multinacionales, el editorial refuerza el argumento empresarial para mantener cuotas flexibles en los permisos de empleo. Los responsables de movilidad podrían usar este argumento para oponerse a políticas que restrinjan los permisos de Habilidades Críticas y Empleo General. Además, el artículo subraya la necesidad de que las empresas participen en las consultas sobre la revisión de la lista de ocupaciones, actualmente abierta en el Departamento de Empresa.
Aunque es un artículo de opinión, el análisis de FitzGerald tiene gran influencia en los círculos políticos irlandeses y señala la resistencia de los economistas a propuestas que confunden la falta de infraestructuras con los niveles de inmigración.







