
La nieve temprana, los cuellos de botella en el deshielo y la persistente escasez de personal provocaron un caos a nivel continental el 22 de noviembre, con Helsinki-Vantaa (HEL) llevándose la peor parte el lunes. Según el rastreador de operaciones de VisaHQ, se cancelaron 27 salidas y 281 vuelos sufrieron retrasos debido a los efectos en cadena que afectaron a la red interconectada de Europa. Finnair canceló vuelos a Gotemburgo, Kittilä, Vilna y Nueva York, mientras que el vuelo nocturno a JFK salió con más de cinco horas de retraso.
El incidente pone de manifiesto la fragilidad persistente de la aviación europea, a pesar de que el volumen de tráfico ha vuelto a niveles de 2019. Las aerolíneas recortaron personal durante la pandemia y muchas tripulaciones siguen siendo escasas. Además, el cambio climático está provocando nevadas más intensas y tempranas, desafiando incluso las reconocidas medidas de Finlandia para resistir la nieve.
Finavia activó su aplicación de Estado Operativo del Aeropuerto (AOS) para mantener informados a los operadores y abrió la nueva Sala Tranquila Schengen del aeropuerto las 24 horas para ofrecer un refugio calmado a los viajeros varados. VR, el operador ferroviario finlandés, reportó una alta demanda en los trenes nocturnos hacia Laponia, ya que los pasajeros buscaban alternativas terrestres, subrayando la importancia de una planificación multimodal de contingencias.
Para los programas de movilidad corporativa, las lecciones son claras: asegurar que los sistemas de gestión de viajes reserven automáticamente con aerolíneas asociadas; actualizar las comunicaciones sobre los derechos de compensación según el Reglamento UE 261; y considerar días de margen o opciones de trabajo remoto para viajes críticos durante el invierno 2025/26.
Con los meteorólogos pronosticando cambios climáticos más volátiles, los marcos de responsabilidad deberán ir más allá de las métricas históricas de fiabilidad para adoptar estrategias de resiliencia que incluyan modos de transporte alternativos y apoyo al bienestar de los viajeros.
El incidente pone de manifiesto la fragilidad persistente de la aviación europea, a pesar de que el volumen de tráfico ha vuelto a niveles de 2019. Las aerolíneas recortaron personal durante la pandemia y muchas tripulaciones siguen siendo escasas. Además, el cambio climático está provocando nevadas más intensas y tempranas, desafiando incluso las reconocidas medidas de Finlandia para resistir la nieve.
Finavia activó su aplicación de Estado Operativo del Aeropuerto (AOS) para mantener informados a los operadores y abrió la nueva Sala Tranquila Schengen del aeropuerto las 24 horas para ofrecer un refugio calmado a los viajeros varados. VR, el operador ferroviario finlandés, reportó una alta demanda en los trenes nocturnos hacia Laponia, ya que los pasajeros buscaban alternativas terrestres, subrayando la importancia de una planificación multimodal de contingencias.
Para los programas de movilidad corporativa, las lecciones son claras: asegurar que los sistemas de gestión de viajes reserven automáticamente con aerolíneas asociadas; actualizar las comunicaciones sobre los derechos de compensación según el Reglamento UE 261; y considerar días de margen o opciones de trabajo remoto para viajes críticos durante el invierno 2025/26.
Con los meteorólogos pronosticando cambios climáticos más volátiles, los marcos de responsabilidad deberán ir más allá de las métricas históricas de fiabilidad para adoptar estrategias de resiliencia que incluyan modos de transporte alternativos y apoyo al bienestar de los viajeros.








