Los viajeros de negocios quedaron varados el 22 y 23 de noviembre después de que un artefacto explosivo improvisado destruyera las vías en el estratégico corredor ferroviario Varsovia-Lublin, una línea que transporta pasajeros, carga en contenedores y ayuda humanitaria hacia la frontera con Ucrania. Todo el tráfico se detuvo durante 36 horas mientras los ingenieros de PKP PLK reemplazaban 500 metros de rieles; LOT-Polish Airlines desvió las conexiones nacionales y recomendó a los pasajeros completar sus viajes por carretera.
El primer ministro Donald Tusk informó al Sejm que los investigadores de la Agencia de Seguridad Interna (ABW) cuentan con “evidencias creíbles” que vinculan el ataque con redes de inteligencia rusas operando a través de Bielorrusia. Dos sospechosos habrían cruzado la frontera minutos después de la detonación. En represalia, Varsovia revocó la licencia diplomática del último consulado ruso en Gdańsk y solicitó a los socios de la UE la expulsión de varios agregados militares rusos.
![Sabotaje ferroviario cerca de Varsovia provoca caos en los viajes y refuerza la seguridad]()
El sabotaje no pudo ocurrir en peor momento: la demanda máxima de pasajeros en temporada navideña coincide con la prisa por enviar componentes automotrices desde la Zona Económica Especial de Lublin. Los transportistas estiman que los desvíos por Radom añaden hasta 200 kilómetros y 18 horas a los tiempos de entrega, llevando al límite los inventarios just-in-time.
Las empresas están revisando los protocolos de cuidado de viajes nacionales que normalmente se aplican solo a viajes internacionales. Los asesores de seguridad recomiendan monitorear las alertas de la ABW, asegurarse de que los viajeros lleven un canal de mensajería offline y mapear rutas alternativas por carretera hacia los centros logísticos de Kiev. Los aseguradores advierten que este incidente probablemente elevará las primas de seguros para la carga enviada a través de las regiones orientales de Polonia.
En el plano político, la explosión reaviva las demandas de diputados de la oposición para acelerar el despliegue de la policía militar en las principales líneas ferroviarias y para agilizar una ley que permita a la operadora nacional PKP Intercity compartir los manifiestos de pasajeros con las agencias antiterroristas. Por ahora, la Guardia Fronteriza ha intensificado los controles en los trenes con destino a Bielorrusia y Ucrania, y las empresas deben advertir a su personal que es probable que se realicen inspecciones aleatorias de identificación hasta fin de año.
El primer ministro Donald Tusk informó al Sejm que los investigadores de la Agencia de Seguridad Interna (ABW) cuentan con “evidencias creíbles” que vinculan el ataque con redes de inteligencia rusas operando a través de Bielorrusia. Dos sospechosos habrían cruzado la frontera minutos después de la detonación. En represalia, Varsovia revocó la licencia diplomática del último consulado ruso en Gdańsk y solicitó a los socios de la UE la expulsión de varios agregados militares rusos.
El sabotaje no pudo ocurrir en peor momento: la demanda máxima de pasajeros en temporada navideña coincide con la prisa por enviar componentes automotrices desde la Zona Económica Especial de Lublin. Los transportistas estiman que los desvíos por Radom añaden hasta 200 kilómetros y 18 horas a los tiempos de entrega, llevando al límite los inventarios just-in-time.
Las empresas están revisando los protocolos de cuidado de viajes nacionales que normalmente se aplican solo a viajes internacionales. Los asesores de seguridad recomiendan monitorear las alertas de la ABW, asegurarse de que los viajeros lleven un canal de mensajería offline y mapear rutas alternativas por carretera hacia los centros logísticos de Kiev. Los aseguradores advierten que este incidente probablemente elevará las primas de seguros para la carga enviada a través de las regiones orientales de Polonia.
En el plano político, la explosión reaviva las demandas de diputados de la oposición para acelerar el despliegue de la policía militar en las principales líneas ferroviarias y para agilizar una ley que permita a la operadora nacional PKP Intercity compartir los manifiestos de pasajeros con las agencias antiterroristas. Por ahora, la Guardia Fronteriza ha intensificado los controles en los trenes con destino a Bielorrusia y Ucrania, y las empresas deben advertir a su personal que es probable que se realicen inspecciones aleatorias de identificación hasta fin de año.
