
La última publicación de Eurostat sobre estadísticas de permisos de residencia coloca a Chipre en el centro de atención europea por segundo año consecutivo. Según los datos publicados el 22 de noviembre, la República emitió en 2024 un total de 3.379 permisos de residencia iniciales por cada 100.000 niños menores de 18 años, la segunda tasa más alta de la Unión Europea, solo por detrás de Malta. En cifras absolutas, la isla aprobó 4.802 permisos para menores, una cifra modesta en términos continentales pero significativa para un país con apenas 1,2 millones de habitantes.
La mayoría de los permisos (alrededor de dos tercios) se concedieron bajo la modalidad de reunificación familiar, reflejando el papel de Chipre como destino para migrantes económicos que posteriormente traen a sus cónyuges e hijos a la isla. Un 30 % adicional se otorgó por razones humanitarias, con niños sirios, marroquíes y ucranianos encabezando la lista de beneficiarios. Los permisos relacionados con la educación representaron solo un cuatro por ciento.
Detrás de este titular, funcionarios del Viceministerio de Migración y Protección Internacional señalan que estas cifras confirman un giro en la política nacional hacia una migración “controlada pero compasiva”. Desde la reforma de los procedimientos de asilo en 2023, el gobierno se ha centrado en reducir las llegadas irregulares —que han caído un 89 % desde 2022— mientras acelera los canales legales para las familias de nacionales de terceros países con residencia legal. El servicio de reunificación familiar del ministerio ha sido digitalizado y su plantilla se ha duplicado; el tiempo medio de tramitación ha bajado de nueve meses a menos de cuatro.
Para los empleadores, esta tendencia tiene implicaciones prácticas. Las normas migratorias que favorecen a las familias hacen a Chipre más atractivo para profesionales cualificados de terceros países, especialmente en sectores como TIC, servicios marítimos y farmacéuticos —áreas identificadas por el Ministerio de Trabajo como con carencias estructurales. Las empresas que patrocinan personal altamente cualificado a través del nuevo programa europeo de Tarjeta Azul destacan que la rápida reunificación familiar es un factor decisivo para convencer a los talentos de trasladarse.
Las ONG han celebrado este hito estadístico, pero piden una inversión paralela en integración. “Conseguir el permiso es solo el primer paso”, afirma María Ioannou, de la ONG Hope for Children, señalando la escasez de plazas en clases de griego para jóvenes migrantes y el acceso irregular a la seguridad social. Por su parte, funcionarios gubernamentales aseguran que una estrategia de integración —con un presupuesto de 32 millones de euros— está pendiente de aprobación en el Consejo de Ministros en diciembre.
De cara al futuro, el Viceministerio planea publicar paneles trimestrales que desglosen los datos de permisos de residencia por edad, nacionalidad y motivo. Las empresas dedicadas a la movilidad global y servicios de reubicación deberían seguir de cerca estas publicaciones, ya que ofrecerán un indicador temprano sobre cómo evoluciona la fuerza laboral y la demografía de consumidores en Chipre, y dónde será necesario reforzar los servicios de recursos humanos.
La mayoría de los permisos (alrededor de dos tercios) se concedieron bajo la modalidad de reunificación familiar, reflejando el papel de Chipre como destino para migrantes económicos que posteriormente traen a sus cónyuges e hijos a la isla. Un 30 % adicional se otorgó por razones humanitarias, con niños sirios, marroquíes y ucranianos encabezando la lista de beneficiarios. Los permisos relacionados con la educación representaron solo un cuatro por ciento.
Detrás de este titular, funcionarios del Viceministerio de Migración y Protección Internacional señalan que estas cifras confirman un giro en la política nacional hacia una migración “controlada pero compasiva”. Desde la reforma de los procedimientos de asilo en 2023, el gobierno se ha centrado en reducir las llegadas irregulares —que han caído un 89 % desde 2022— mientras acelera los canales legales para las familias de nacionales de terceros países con residencia legal. El servicio de reunificación familiar del ministerio ha sido digitalizado y su plantilla se ha duplicado; el tiempo medio de tramitación ha bajado de nueve meses a menos de cuatro.
Para los empleadores, esta tendencia tiene implicaciones prácticas. Las normas migratorias que favorecen a las familias hacen a Chipre más atractivo para profesionales cualificados de terceros países, especialmente en sectores como TIC, servicios marítimos y farmacéuticos —áreas identificadas por el Ministerio de Trabajo como con carencias estructurales. Las empresas que patrocinan personal altamente cualificado a través del nuevo programa europeo de Tarjeta Azul destacan que la rápida reunificación familiar es un factor decisivo para convencer a los talentos de trasladarse.
Las ONG han celebrado este hito estadístico, pero piden una inversión paralela en integración. “Conseguir el permiso es solo el primer paso”, afirma María Ioannou, de la ONG Hope for Children, señalando la escasez de plazas en clases de griego para jóvenes migrantes y el acceso irregular a la seguridad social. Por su parte, funcionarios gubernamentales aseguran que una estrategia de integración —con un presupuesto de 32 millones de euros— está pendiente de aprobación en el Consejo de Ministros en diciembre.
De cara al futuro, el Viceministerio planea publicar paneles trimestrales que desglosen los datos de permisos de residencia por edad, nacionalidad y motivo. Las empresas dedicadas a la movilidad global y servicios de reubicación deberían seguir de cerca estas publicaciones, ya que ofrecerán un indicador temprano sobre cómo evoluciona la fuerza laboral y la demografía de consumidores en Chipre, y dónde será necesario reforzar los servicios de recursos humanos.









