
El 21 de noviembre, Suiza y Chipre firmaron un acuerdo marco en Nicosia que destinará 10 millones de francos suizos a instalaciones de acogida, programas de retorno voluntario y proyectos de integración para migrantes en la isla mediterránea. Estos fondos forman parte de la segunda contribución de Suiza a determinados estados miembros de la UE que enfrentan altas presiones migratorias.
Uno de los enfoques principales es la construcción de alojamientos para menores no acompañados solicitantes de asilo, que se llevará a cabo en colaboración con la ONG Hope for Children. Además, se destinarán recursos adicionales a la Organización Internacional para las Migraciones para ampliar el asesoramiento y el apoyo a la reintegración de migrantes que opten por regresar a sus países de origen.
Chipre registra una de las tasas más altas de solicitudes de asilo per cápita en la UE y ha enfrentado problemas de saturación en sus centros de acogida. Las autoridades suizas señalan que este programa bilateral complementa los esfuerzos más amplios de la UE y aprovecha la experiencia de Suiza en la gestión de casos y esquemas de retorno voluntario.
Aunque el acuerdo no afecta directamente las cuotas de inmigración para empleadores suizos, subraya la preferencia de Berna por mecanismos de solidaridad en lugar de controles fronterizos dentro del espacio Schengen. Los equipos de movilidad deben tener en cuenta que esta cooperación podría reducir los flujos migratorios secundarios, aliviando indirectamente la presión sobre los sistemas de asilo suizos y los servicios de integración laboral.
Uno de los enfoques principales es la construcción de alojamientos para menores no acompañados solicitantes de asilo, que se llevará a cabo en colaboración con la ONG Hope for Children. Además, se destinarán recursos adicionales a la Organización Internacional para las Migraciones para ampliar el asesoramiento y el apoyo a la reintegración de migrantes que opten por regresar a sus países de origen.
Chipre registra una de las tasas más altas de solicitudes de asilo per cápita en la UE y ha enfrentado problemas de saturación en sus centros de acogida. Las autoridades suizas señalan que este programa bilateral complementa los esfuerzos más amplios de la UE y aprovecha la experiencia de Suiza en la gestión de casos y esquemas de retorno voluntario.
Aunque el acuerdo no afecta directamente las cuotas de inmigración para empleadores suizos, subraya la preferencia de Berna por mecanismos de solidaridad en lugar de controles fronterizos dentro del espacio Schengen. Los equipos de movilidad deben tener en cuenta que esta cooperación podría reducir los flujos migratorios secundarios, aliviando indirectamente la presión sobre los sistemas de asilo suizos y los servicios de integración laboral.








