
La Asamblea Federal de Suiza ha aprobado la revisión más profunda en más de una década de la Ley Federal sobre Extranjeros e Integración (LFEI). Tras una sesión maratoniana que terminó poco después de la medianoche del 21 de noviembre, ambas cámaras acordaron establecer límites anuales a nivel nacional para varias categorías de permisos de trabajo otorgados a nacionales de terceros países. A diferencia del sistema actual, en el que el Consejo Federal ajusta las cuotas mediante ordenanzas, el nuevo modelo hará que el Parlamento vote cada otoño un cupo global que los cantones deberán respetar al asignar permisos individuales de residencia B y de corta estancia L. Los legisladores argumentaron que este cambio brinda mayor previsibilidad a las empresas y permite un control político más riguroso, tras alcanzar la inmigración neta un máximo en 17 años en 2025.
Otro pilar de la reforma es la obligatoriedad de controles biométricos sistemáticos —cuatro huellas dactilares y una imagen facial en vivo— en todas las fronteras terrestres externas, alineando la práctica suiza con el Sistema de Entrada/Salida de la UE, que ya se está implementando en aeropuertos. Los puestos aduaneros en las autopistas hacia Francia, Italia, Austria y Alemania serán modernizados con puertas electrónicas y kioscos cubiertos para mediados de 2026, con un costo estimado de 240 millones de francos suizos, que se recuperará mediante un recargo de 8 francos en los permisos biométricos de residencia. Las empresas que trasladan personal diariamente a través de las fronteras, especialmente en Ticino y Ginebra, se preparan para enfrentar colas más largas en las horas punta durante la transición.
Los grupos empresariales valoraron positivamente la previsibilidad que ofrecen los límites fijos, aunque no lograron que se incluyeran exenciones especiales para proyectos de infraestructuras críticas. En cambio, el Parlamento creó una pequeña reserva contingente que el Consejo Federal podrá liberar si la escasez de mano de obra amenaza hospitales, obras ferroviarias o la construcción de centros de datos. Los sindicatos temen que las cuotas más estrictas fomenten el trabajo no declarado y exigen más recursos para los inspectores laborales.
Para los responsables de movilidad global, la principal novedad es el calendario: las cuotas para el año siguiente se publicarán con meses de antelación, lo que ofrece a los equipos de recursos humanos un horizonte de planificación más sólido. Sin embargo, las empresas que dependen de una alta incorporación de talento fuera de la UE —como proveedores de servicios IT, startups biotecnológicas y grandes constructoras— podrían tener que adelantar sus solicitudes o explorar transferencias intraempresariales desde filiales europeas. La incorporación del componente biométrico también implica que los trabajadores transfronterizos deberán reinscribirse en el Sistema de Entrada/Salida, por lo que los empleadores deben considerar posibles retrasos al planificar el inicio de proyectos a principios de julio.
Otro pilar de la reforma es la obligatoriedad de controles biométricos sistemáticos —cuatro huellas dactilares y una imagen facial en vivo— en todas las fronteras terrestres externas, alineando la práctica suiza con el Sistema de Entrada/Salida de la UE, que ya se está implementando en aeropuertos. Los puestos aduaneros en las autopistas hacia Francia, Italia, Austria y Alemania serán modernizados con puertas electrónicas y kioscos cubiertos para mediados de 2026, con un costo estimado de 240 millones de francos suizos, que se recuperará mediante un recargo de 8 francos en los permisos biométricos de residencia. Las empresas que trasladan personal diariamente a través de las fronteras, especialmente en Ticino y Ginebra, se preparan para enfrentar colas más largas en las horas punta durante la transición.
Los grupos empresariales valoraron positivamente la previsibilidad que ofrecen los límites fijos, aunque no lograron que se incluyeran exenciones especiales para proyectos de infraestructuras críticas. En cambio, el Parlamento creó una pequeña reserva contingente que el Consejo Federal podrá liberar si la escasez de mano de obra amenaza hospitales, obras ferroviarias o la construcción de centros de datos. Los sindicatos temen que las cuotas más estrictas fomenten el trabajo no declarado y exigen más recursos para los inspectores laborales.
Para los responsables de movilidad global, la principal novedad es el calendario: las cuotas para el año siguiente se publicarán con meses de antelación, lo que ofrece a los equipos de recursos humanos un horizonte de planificación más sólido. Sin embargo, las empresas que dependen de una alta incorporación de talento fuera de la UE —como proveedores de servicios IT, startups biotecnológicas y grandes constructoras— podrían tener que adelantar sus solicitudes o explorar transferencias intraempresariales desde filiales europeas. La incorporación del componente biométrico también implica que los trabajadores transfronterizos deberán reinscribirse en el Sistema de Entrada/Salida, por lo que los empleadores deben considerar posibles retrasos al planificar el inicio de proyectos a principios de julio.








