
Un informe de transparencia filtrado y visto por el diario belga De Standaard revela que el 20 % de las 105 instalaciones de acogida para solicitantes de asilo en Bélgica —y el 50 % de las gestionadas directamente por la Agencia Federal para la Acogida de Solicitantes de Asilo (Fedasil)— no cumplen con los estándares de espacio y privacidad establecidos por la propia agencia. Fedasil confirmó estos hallazgos el 22 de noviembre.
Los inspectores documentaron dormitorios superpoblados donde familias no relacionadas comparten habitaciones, problemas de moho y saneamiento insuficiente. Estas deficiencias se producen en un momento en que Bélgica enfrenta un récord en la llegada de solicitantes de asilo, con presupuestos municipales limitados y prolongadas negociaciones de coalición a nivel federal.
Por qué es importante para la movilidad global: los cuellos de botella en la acogida afectan los plazos para la reunificación familiar y las citas para el registro municipal, procesos de los que dependen los trabajadores extranjeros para traer a sus familiares a Bélgica. La lentitud en las instalaciones de Fedasil también retrasa la tramitación de permisos de trabajo para solicitantes de asilo que pueden emplearse tras seis meses.
El gobierno ha prometido 150 millones de euros para renovaciones de emergencia y está negociando con las autoridades regionales para convertir cuarteles militares y residencias estudiantiles sin uso en alojamientos temporales. Sin embargo, las ONG advierten que sin financiación estructural y una agilización en la resolución de asilos, Bélgica corre el riesgo de nuevas multas judiciales por no garantizar refugio, sanciones que ya superan los 300.000 euros este año.
Los asesores de inmigración corporativa recuerdan a los empleadores la importancia de iniciar temprano los procedimientos de permiso único y de prever tiempo adicional para los visados de los familiares, especialmente si es probable que las familias sean alojadas en centros saturados que dificultan la obtención de documentos y las citas para exámenes médicos.
Los inspectores documentaron dormitorios superpoblados donde familias no relacionadas comparten habitaciones, problemas de moho y saneamiento insuficiente. Estas deficiencias se producen en un momento en que Bélgica enfrenta un récord en la llegada de solicitantes de asilo, con presupuestos municipales limitados y prolongadas negociaciones de coalición a nivel federal.
Por qué es importante para la movilidad global: los cuellos de botella en la acogida afectan los plazos para la reunificación familiar y las citas para el registro municipal, procesos de los que dependen los trabajadores extranjeros para traer a sus familiares a Bélgica. La lentitud en las instalaciones de Fedasil también retrasa la tramitación de permisos de trabajo para solicitantes de asilo que pueden emplearse tras seis meses.
El gobierno ha prometido 150 millones de euros para renovaciones de emergencia y está negociando con las autoridades regionales para convertir cuarteles militares y residencias estudiantiles sin uso en alojamientos temporales. Sin embargo, las ONG advierten que sin financiación estructural y una agilización en la resolución de asilos, Bélgica corre el riesgo de nuevas multas judiciales por no garantizar refugio, sanciones que ya superan los 300.000 euros este año.
Los asesores de inmigración corporativa recuerdan a los empleadores la importancia de iniciar temprano los procedimientos de permiso único y de prever tiempo adicional para los visados de los familiares, especialmente si es probable que las familias sean alojadas en centros saturados que dificultan la obtención de documentos y las citas para exámenes médicos.










