
Modificaciones silenciosas a la Ley de Tasas Administrativas de Polonia establecen que, a partir del 21 de noviembre, los solicitantes deberán pagar 1.669 PLN para obtener la ciudadanía por aprobación presidencial y 1.000 PLN para el reconocimiento por parte de un voivodato, frente a los 800 y 600 PLN actuales, respectivamente.
Al mismo tiempo, el Ministerio del Interior ha presentado un modelo de naturalización basado en cuatro pilares, que extiende el período requerido de residencia permanente de tres a cinco años e introduce una declaración obligatoria de lealtad.
El examen de naturalización ahora se realizará en nivel B2 de polaco e incluirá preguntas abiertas sobre valores cívicos contemporáneos, además de preguntas de opción múltiple sobre historia.
Las autoridades insisten en que el objetivo es “evaluar la integración, no excluir”, pero las ONG de derechos migratorios advierten que el aumento del nivel lingüístico y la declaración subjetiva de lealtad podrían ralentizar el proceso justo cuando un número récord de ucranianos presenta solicitudes. En 2024, Polonia concedió 16.300 ciudadanías —la mitad a ucranianos—, frente a 10.000 en 2023.
Para los empleadores, el impacto inmediato es presupuestario. Muchas multinacionales reembolsan los costos de naturalización para talento clave; los equipos de recursos humanos deberán actualizar los límites de política y avisar a los empleados que planeaban presentar solicitudes en el cuarto trimestre. Los abogados recomiendan presentar solicitudes bien preparadas para evitar perder la elevada tasa no reembolsable por un error técnico.
Estos cambios se suman a una nueva estrategia nacional de integración prevista para 2026 y reflejan el esfuerzo de Varsovia por equilibrar la migración masiva con la cohesión social. Encuestas del instituto de investigación CBOS muestran que el 93 % de los polacos apoyan la presencia de trabajadores migrantes en el mercado laboral, aunque los responsables políticos siguen siendo sensibles a la percepción de que la ciudadanía se está “regalando”.
Consejos prácticos para los solicitantes incluyen inscribirse pronto en cursos de polaco nivel B2, reunir cinco años completos de pruebas de residencia fiscal y prepararse para entrevistas de ciudadanía que indaguen sobre conocimientos de desarrollos políticos y sociales recientes. Los empleadores deben esperar tiempos de procesamiento más largos mientras las autoridades se adaptan al examen y estructura de tasas más exigentes.
Al mismo tiempo, el Ministerio del Interior ha presentado un modelo de naturalización basado en cuatro pilares, que extiende el período requerido de residencia permanente de tres a cinco años e introduce una declaración obligatoria de lealtad.
El examen de naturalización ahora se realizará en nivel B2 de polaco e incluirá preguntas abiertas sobre valores cívicos contemporáneos, además de preguntas de opción múltiple sobre historia.
Las autoridades insisten en que el objetivo es “evaluar la integración, no excluir”, pero las ONG de derechos migratorios advierten que el aumento del nivel lingüístico y la declaración subjetiva de lealtad podrían ralentizar el proceso justo cuando un número récord de ucranianos presenta solicitudes. En 2024, Polonia concedió 16.300 ciudadanías —la mitad a ucranianos—, frente a 10.000 en 2023.
Para los empleadores, el impacto inmediato es presupuestario. Muchas multinacionales reembolsan los costos de naturalización para talento clave; los equipos de recursos humanos deberán actualizar los límites de política y avisar a los empleados que planeaban presentar solicitudes en el cuarto trimestre. Los abogados recomiendan presentar solicitudes bien preparadas para evitar perder la elevada tasa no reembolsable por un error técnico.
Estos cambios se suman a una nueva estrategia nacional de integración prevista para 2026 y reflejan el esfuerzo de Varsovia por equilibrar la migración masiva con la cohesión social. Encuestas del instituto de investigación CBOS muestran que el 93 % de los polacos apoyan la presencia de trabajadores migrantes en el mercado laboral, aunque los responsables políticos siguen siendo sensibles a la percepción de que la ciudadanía se está “regalando”.
Consejos prácticos para los solicitantes incluyen inscribirse pronto en cursos de polaco nivel B2, reunir cinco años completos de pruebas de residencia fiscal y prepararse para entrevistas de ciudadanía que indaguen sobre conocimientos de desarrollos políticos y sociales recientes. Los empleadores deben esperar tiempos de procesamiento más largos mientras las autoridades se adaptan al examen y estructura de tasas más exigentes.









