
Chipre ha asegurado nuevos fondos externos para aliviar la presión sobre sus sistemas de asilo e integración, firmando un acuerdo de cooperación por 10 millones de francos suizos (10,7 millones de euros) con Suiza el 21 de noviembre. El acuerdo, parte de la Segunda Contribución Suiza a la cohesión de la UE, fue firmado en Nicosia por el embajador suizo Hendrik Krauskopf y el viceministro de Migración Nicholas Ioannides.
Dos tercios del dinero—6,4 millones de euros—financiarán la nueva Estrategia Nacional de Integración de Chipre: clases gratuitas de griego, formación profesional y proyectos de cohesión comunitaria para refugiados reconocidos y beneficiarios de protección subsidiaria. Otros 2,4 millones de euros se destinarán a la construcción de dos refugios “Casa de la Esperanza” para menores no acompañados, con capacidad para 20 niños cada uno en Pafos y Lárnaca. Un tramo de 1,5 millones de euros establecerá un Centro de Retorno Voluntario Asistido, mientras que 214.000 euros financiarán asistencia técnica y monitoreo.
La financiación llega en un momento en que Chipre acoge a unos 175.000 extranjeros legales de terceros países—alrededor del 19 % de su población—y enfrenta picos periódicos en la llegada irregular de embarcaciones desde Siria y Líbano. El centro de recepción Pournara ha estado operando cerca de su capacidad, y los retrasos en la renovación de permisos de residencia han generado molestias entre empleadores que dependen de talento no comunitario. El dinero suizo debería liberar a los funcionarios locales para agilizar estos trámites, reduciendo los tiempos de espera para extensiones de permisos de trabajo y solicitudes de reunificación familiar.
Para los equipos de recursos humanos corporativos, el acuerdo ofrece beneficios concretos: servicios de integración más fluidos facilitarán la adaptación de empleados extranjeros, mientras que un procesamiento más rápido de los retornos voluntarios aliviará la carga sobre las oficinas de migración saturadas. Los proveedores de servicios de reubicación esperan un aumento en la demanda de clases de idiomas y formación profesional, generando nuevas oportunidades comerciales. El acuerdo también fortalece una asociación bilateral iniciada en 2022, cuando Suiza financió mejoras biométricas en la base de datos de asilo de Chipre.
Las autoridades sugirieron que futuros desembolsos podrían apoyar la digitalización de los procesos de permisos—una prioridad para multinacionales que buscan trámites predecibles y renovaciones en línea.
Dos tercios del dinero—6,4 millones de euros—financiarán la nueva Estrategia Nacional de Integración de Chipre: clases gratuitas de griego, formación profesional y proyectos de cohesión comunitaria para refugiados reconocidos y beneficiarios de protección subsidiaria. Otros 2,4 millones de euros se destinarán a la construcción de dos refugios “Casa de la Esperanza” para menores no acompañados, con capacidad para 20 niños cada uno en Pafos y Lárnaca. Un tramo de 1,5 millones de euros establecerá un Centro de Retorno Voluntario Asistido, mientras que 214.000 euros financiarán asistencia técnica y monitoreo.
La financiación llega en un momento en que Chipre acoge a unos 175.000 extranjeros legales de terceros países—alrededor del 19 % de su población—y enfrenta picos periódicos en la llegada irregular de embarcaciones desde Siria y Líbano. El centro de recepción Pournara ha estado operando cerca de su capacidad, y los retrasos en la renovación de permisos de residencia han generado molestias entre empleadores que dependen de talento no comunitario. El dinero suizo debería liberar a los funcionarios locales para agilizar estos trámites, reduciendo los tiempos de espera para extensiones de permisos de trabajo y solicitudes de reunificación familiar.
Para los equipos de recursos humanos corporativos, el acuerdo ofrece beneficios concretos: servicios de integración más fluidos facilitarán la adaptación de empleados extranjeros, mientras que un procesamiento más rápido de los retornos voluntarios aliviará la carga sobre las oficinas de migración saturadas. Los proveedores de servicios de reubicación esperan un aumento en la demanda de clases de idiomas y formación profesional, generando nuevas oportunidades comerciales. El acuerdo también fortalece una asociación bilateral iniciada en 2022, cuando Suiza financió mejoras biométricas en la base de datos de asilo de Chipre.
Las autoridades sugirieron que futuros desembolsos podrían apoyar la digitalización de los procesos de permisos—una prioridad para multinacionales que buscan trámites predecibles y renovaciones en línea.










