
La policía belga y francesa llevó a cabo una operación de seguridad fronteriza a gran escala entre las 19:00 y la 01:00 de la noche del 21 al 22 de noviembre, deteniendo a 734 viajeros en los principales puntos de paso desde De Panne hasta Doornik. La acción conjunta, coordinada desde el centro de mando transfronterizo en Doornik, se centró en desmantelar redes de tráfico de personas, corredores de drogas y bandas de robos itinerantes.
Se abrieron seis casos judiciales, una persona fue detenida para interrogatorio y otras dos por alteración del orden público. Los agentes impusieron 67 multas de tráfico, retiraron 19 permisos de conducir en el acto y confiscaron cuatro vehículos sin seguro. También se incautaron pequeñas cantidades de cannabis, lo que refleja el doble objetivo de la operación: combatir tanto el narcotráfico como las infracciones de seguridad vial.
La policía federal subrayó que estas intervenciones de alta visibilidad buscan enviar “un mensaje claro: las fronteras no pueden ser refugios seguros para la actividad criminal”. Para los gestores de movilidad internacional, el mensaje es igualmente contundente: los controles puntuales están aumentando, por lo que los trabajadores transfronterizos deben llevar pasaportes válidos o permisos de residencia belgas, incluso cuando viajen dentro del espacio Schengen.
La operación también anticipa un endurecimiento en la vigilancia con la implementación del Sistema de Entrada/Salida (EES) y las autorizaciones de viaje ETIAS en 2025-26. Las empresas con vehículos de transporte o personal rotativo que crucen a Francia deben prepararse para inspecciones más frecuentes y posibles retrasos, especialmente durante la noche.
Se abrieron seis casos judiciales, una persona fue detenida para interrogatorio y otras dos por alteración del orden público. Los agentes impusieron 67 multas de tráfico, retiraron 19 permisos de conducir en el acto y confiscaron cuatro vehículos sin seguro. También se incautaron pequeñas cantidades de cannabis, lo que refleja el doble objetivo de la operación: combatir tanto el narcotráfico como las infracciones de seguridad vial.
La policía federal subrayó que estas intervenciones de alta visibilidad buscan enviar “un mensaje claro: las fronteras no pueden ser refugios seguros para la actividad criminal”. Para los gestores de movilidad internacional, el mensaje es igualmente contundente: los controles puntuales están aumentando, por lo que los trabajadores transfronterizos deben llevar pasaportes válidos o permisos de residencia belgas, incluso cuando viajen dentro del espacio Schengen.
La operación también anticipa un endurecimiento en la vigilancia con la implementación del Sistema de Entrada/Salida (EES) y las autorizaciones de viaje ETIAS en 2025-26. Las empresas con vehículos de transporte o personal rotativo que crucen a Francia deben prepararse para inspecciones más frecuentes y posibles retrasos, especialmente durante la noche.









