
Bélgica enfrenta la mayor paralización del transporte en años, ya que las tres principales federaciones sindicales del país (ACV-CSC, FGTB-ABVV y CGSLB-ACLVB) preparan una huelga coordinada de 72 horas desde el lunes 24 hasta el miércoles 26 de noviembre. La protesta está dirigida contra las reformas federales de pensiones y salarios, pero su impacto práctico se sentirá mucho más allá de las fronteras belgas, afectando a viajeros y empleadores.
El operador ferroviario público SNCB advierte que solo funcionará un servicio mínimo desde las 22:00 del domingo 23 de noviembre hasta el final del miércoles. Los servicios internacionales de Eurostar, Thalys e ICE han cancelado gran parte de sus horarios en Bruselas, y los operadores de carga indican que los desvíos por los Países Bajos añadirán tiempo y costos a las rutas logísticas que conectan el Puerto de Amberes con Alemania.
La movilidad urbana también se verá gravemente afectada. El operador de la región de Bruselas, STIB/MIVB, prevé servicios “muy limitados” en metro, tranvía y autobús; De Lijn y TEC han emitido avisos similares para Flandes y Valonia. Se recomienda a las empresas con empleados que viajan diariamente activar planes de trabajo remoto y ampliar presupuestos para alojar a quienes no puedan llegar a sus lugares de trabajo.
El sector aéreo sufrirá especialmente el miércoles 26 de noviembre, cuando el personal de seguridad, los encargados de equipaje y los controladores aéreos se sumen a la huelga. El Aeropuerto de Bruselas ya ha cancelado todas las salidas de ese día, mientras que Brussels Airlines informa pérdidas de 14 millones de euros solo este año debido a las repetidas acciones sindicales. Los gestores de viajes corporativos buscan rutas alternativas de última hora vía París, Ámsterdam o Luxemburgo, pero la capacidad es limitada y las tarifas han subido hasta un 65 %.
Para las multinacionales que gestionan nóminas de expatriados y programas de movilidad global desde Bélgica, la huelga resalta la importancia de contar con políticas sólidas de gestión de riesgos en viajes. Se recomienda informar a los empleados desplazados que lleven siempre su pasaporte, ya que la policía ha instalado controles improvisados durante huelgas nacionales. Los equipos de Recursos Humanos también deben estar atentos a posibles efectos secundarios si los sindicatos deciden prolongar la protesta durante la temporada alta de viajes en diciembre.
El operador ferroviario público SNCB advierte que solo funcionará un servicio mínimo desde las 22:00 del domingo 23 de noviembre hasta el final del miércoles. Los servicios internacionales de Eurostar, Thalys e ICE han cancelado gran parte de sus horarios en Bruselas, y los operadores de carga indican que los desvíos por los Países Bajos añadirán tiempo y costos a las rutas logísticas que conectan el Puerto de Amberes con Alemania.
La movilidad urbana también se verá gravemente afectada. El operador de la región de Bruselas, STIB/MIVB, prevé servicios “muy limitados” en metro, tranvía y autobús; De Lijn y TEC han emitido avisos similares para Flandes y Valonia. Se recomienda a las empresas con empleados que viajan diariamente activar planes de trabajo remoto y ampliar presupuestos para alojar a quienes no puedan llegar a sus lugares de trabajo.
El sector aéreo sufrirá especialmente el miércoles 26 de noviembre, cuando el personal de seguridad, los encargados de equipaje y los controladores aéreos se sumen a la huelga. El Aeropuerto de Bruselas ya ha cancelado todas las salidas de ese día, mientras que Brussels Airlines informa pérdidas de 14 millones de euros solo este año debido a las repetidas acciones sindicales. Los gestores de viajes corporativos buscan rutas alternativas de última hora vía París, Ámsterdam o Luxemburgo, pero la capacidad es limitada y las tarifas han subido hasta un 65 %.
Para las multinacionales que gestionan nóminas de expatriados y programas de movilidad global desde Bélgica, la huelga resalta la importancia de contar con políticas sólidas de gestión de riesgos en viajes. Se recomienda informar a los empleados desplazados que lleven siempre su pasaporte, ya que la policía ha instalado controles improvisados durante huelgas nacionales. Los equipos de Recursos Humanos también deben estar atentos a posibles efectos secundarios si los sindicatos deciden prolongar la protesta durante la temporada alta de viajes en diciembre.









