
El 21 de noviembre de 2025, el Ministerio del Interior publicó discretamente la Orden de Servicios de Detención 11/2025, que establece nuevas normas sobre el uso de la fuerza contra adultos detenidos en centros de internamiento para inmigrantes (CII), instalaciones residenciales de corta estancia y alojamientos previos a la deportación. Este documento de 33 páginas unifica los requisitos de formación, los umbrales de reporte y la supervisión médica tras una serie de inspecciones críticas y escándalos relacionados con el uso excesivo de la fuerza. El personal debe ahora presentar un informe completo de “Supervisor de Uso de la Fuerza” en un plazo de 24 horas, y cualquier incidente que involucre a adultos vulnerables activa automáticamente una revisión de protección.
Para los equipos de movilidad global, esta guía es relevante porque un número creciente de viajeros de negocios puede verse detenido, por ejemplo, cuando fallos en los eGates revelan problemas con el pasaporte o cuando se detiene a personas con estancias irregulares durante redadas por derecho a trabajar. La orden aclara que los representantes legales acreditados deben tener acceso privado “tan pronto como sea posible” y que la fuerza solo puede usarse como último recurso, de manera proporcional a un objetivo legítimo, como evitar una fuga o un daño. Cuando se administre medicación durante la contención, el personal médico debe registrar la dosis y proporcionar planes de atención posteriores al incidente.
Los contratistas que gestionan los CII — Serco, Mitie, GEO y otros — enfrentan nuevos criterios de auditoría, incluyendo un sistema de calificación Rojo-Amarillo-Verde que podría influir en la renovación de contratos. Las ONG de derechos humanos han recibido con agrado estos controles más estrictos, aunque piden que se imponga la supervisión independiente por video. Las empresas con empleados en categorías de visa de alto riesgo (por ejemplo, personas con estancias irregulares que cambian su estatus) deberían actualizar sus protocolos de emergencia para reflejar la nueva cadena de escalamiento y asegurarse de que los números de asistencia legal estén fácilmente disponibles para los viajeros.
La Orden de Detención entró en vigor inmediatamente tras su publicación. Los empleadores deben informar a los equipos de seguridad global y verificar que las políticas de movilidad contemplen escenarios de detención, consentimiento médico y obligaciones de privacidad de datos cuando los informes de incidentes mencionen a empleados por su nombre.
Para los equipos de movilidad global, esta guía es relevante porque un número creciente de viajeros de negocios puede verse detenido, por ejemplo, cuando fallos en los eGates revelan problemas con el pasaporte o cuando se detiene a personas con estancias irregulares durante redadas por derecho a trabajar. La orden aclara que los representantes legales acreditados deben tener acceso privado “tan pronto como sea posible” y que la fuerza solo puede usarse como último recurso, de manera proporcional a un objetivo legítimo, como evitar una fuga o un daño. Cuando se administre medicación durante la contención, el personal médico debe registrar la dosis y proporcionar planes de atención posteriores al incidente.
Los contratistas que gestionan los CII — Serco, Mitie, GEO y otros — enfrentan nuevos criterios de auditoría, incluyendo un sistema de calificación Rojo-Amarillo-Verde que podría influir en la renovación de contratos. Las ONG de derechos humanos han recibido con agrado estos controles más estrictos, aunque piden que se imponga la supervisión independiente por video. Las empresas con empleados en categorías de visa de alto riesgo (por ejemplo, personas con estancias irregulares que cambian su estatus) deberían actualizar sus protocolos de emergencia para reflejar la nueva cadena de escalamiento y asegurarse de que los números de asistencia legal estén fácilmente disponibles para los viajeros.
La Orden de Detención entró en vigor inmediatamente tras su publicación. Los empleadores deben informar a los equipos de seguridad global y verificar que las políticas de movilidad contemplen escenarios de detención, consentimiento médico y obligaciones de privacidad de datos cuando los informes de incidentes mencionen a empleados por su nombre.








