
Un resumen de Travel and Tour World sobre las interrupciones en las fronteras globales, publicado el 21 de noviembre, confirma que Finlandia mantiene cerrados todos los pasos fronterizos para pasajeros en sus 1.340 km de frontera con Rusia desde diciembre de 2023. El artículo destaca que en junio de 2025, el parlamento finlandés extendió la legislación de emergencia que permite a los guardias rechazar solicitudes de asilo en la frontera y mantener el cierre como medida contra lo que Helsinki denomina “migración instrumentalizada” desde Rusia.
El cierre de Finlandia se menciona junto a recientes restricciones en Polonia, Nigeria e Israel, subrayando cómo las tensiones geopolíticas siguen afectando la movilidad internacional. Para Finlandia, esta medida tiene profundas consecuencias: el transporte de mercancías por carretera se redirige a través de ferris en el Mar Báltico, mientras que los viajeros con visado deben ingresar por vía aérea o marítima.
Los responsables de movilidad corporativa que trasladan personal hacia o desde las regiones orientales de Finlandia enfrentan mayores tiempos de entrega en la cadena de suministro y costos más elevados. Además, los empleadores deben estar atentos a cambios en la política hacia Rusia; el primer ministro Petteri Orpo ha insinuado que la frontera podría reabrirse si Rusia deja de facilitar cruces no documentados, aunque no hay un calendario concreto.
Con la llegada del invierno, las empresas deben asegurarse de que los planes de contingencia para desvíos en el transporte terrestre estén vigentes y que los empleados asignados comprendan las políticas de asilo en caso de que familiares planeen viajar. Este episodio también refleja la creciente disposición de la UE a suspender las normas de Schengen bajo pretextos de seguridad, una tendencia que podría repetirse en otros lugares.
El cierre de Finlandia se menciona junto a recientes restricciones en Polonia, Nigeria e Israel, subrayando cómo las tensiones geopolíticas siguen afectando la movilidad internacional. Para Finlandia, esta medida tiene profundas consecuencias: el transporte de mercancías por carretera se redirige a través de ferris en el Mar Báltico, mientras que los viajeros con visado deben ingresar por vía aérea o marítima.
Los responsables de movilidad corporativa que trasladan personal hacia o desde las regiones orientales de Finlandia enfrentan mayores tiempos de entrega en la cadena de suministro y costos más elevados. Además, los empleadores deben estar atentos a cambios en la política hacia Rusia; el primer ministro Petteri Orpo ha insinuado que la frontera podría reabrirse si Rusia deja de facilitar cruces no documentados, aunque no hay un calendario concreto.
Con la llegada del invierno, las empresas deben asegurarse de que los planes de contingencia para desvíos en el transporte terrestre estén vigentes y que los empleados asignados comprendan las políticas de asilo en caso de que familiares planeen viajar. Este episodio también refleja la creciente disposición de la UE a suspender las normas de Schengen bajo pretextos de seguridad, una tendencia que podría repetirse en otros lugares.








