
Tras publicaciones en redes sociales que afirmaban que se vendían citas para visados Schengen en la embajada de Alemania en Pristina por 500 €, la misión emitió una rara negación pública el 20 de noviembre. En un comunicado al medio kosovar Gazeta Express, funcionarios de la embajada destacaron que su plataforma de reservas en línea vincula cada cita al número de pasaporte del solicitante, impidiendo su transferencia o reventa.
Los rumores reflejan la frustración histórica en los Balcanes Occidentales, donde la demanda de visados de trabajo y estudio supera con creces la capacidad disponible. Los solicitantes a veces esperan meses por una cita, lo que alimenta un mercado informal de intermediarios que prometen citas anticipadas, pero a cambio de un pago. La embajada reconoció los retrasos, pero advirtió que cualquier oferta de terceros “solo puede ser fraudulenta”.
Alemania ha digitalizado las citas en sus embajadas a nivel mundial, aunque en sedes con alta demanda como Pristina, Tirana y Belgrado aún persisten cuellos de botella. El Ministerio de Asuntos Exteriores planea implementar en 2026 un preregistro de datos biométricos y controles de identidad con inteligencia artificial, lo que, según indican, permitirá programar más entrevistas diarias.
Para empleadores que trasladan talento desde Kosovo o países vecinos, la recomendación es clara: aconsejar a los candidatos usar únicamente el portal oficial y denunciar cualquier intento de soborno. Presentar la documentación completa y ser flexibles con las fechas de viaje siguen siendo las mejores estrategias para conseguir una cita a tiempo.
Este episodio pone de relieve el riesgo reputacional que enfrentan los consulados cuando las limitaciones de capacidad se combinan con la desinformación viral. Berlín sostiene que la transparencia es la mejor solución.
Los rumores reflejan la frustración histórica en los Balcanes Occidentales, donde la demanda de visados de trabajo y estudio supera con creces la capacidad disponible. Los solicitantes a veces esperan meses por una cita, lo que alimenta un mercado informal de intermediarios que prometen citas anticipadas, pero a cambio de un pago. La embajada reconoció los retrasos, pero advirtió que cualquier oferta de terceros “solo puede ser fraudulenta”.
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