
Con las negociaciones de la COP30 entrando en su tramo final, la ciudad de Belém opera efectivamente dentro de un perímetro de seguridad controlado que está transformando la movilidad de personas y mercancías dentro y fuera de la capital de Pará. Los avisos de navegación aérea brasileños clasifican al Aeropuerto Internacional Val-de-Cans (BEL) como un ‘aeródromo coordinado’ hasta las 23:59 del 21 de noviembre, lo que significa que todos los vuelos no programados requieren permisos previos, tienen ventanas limitadas de tiempo en tierra y enfrentan zonas de exclusión aérea cuando se desplazan convoyes VIP.
Los vuelos comerciales programados continúan operando, pero las aerolíneas han ampliado discretamente los tiempos de vuelo y advierten sobre posibles demoras en tierra de último minuto. Los operadores de aviación ejecutiva reportan que el estacionamiento nocturno se ha vuelto “prácticamente imposible” a menos que se hayan reservado espacios con meses de anticipación. Las empresas de apoyo a viajes recomiendan a los ejecutivos reprogramar sus rutas vía Manaos o São Luís si sus itinerarios son flexibles.
En tierra, los puntos de control móviles en la Avenida Júlio César y otras vías principales están duplicando los tiempos habituales de traslado entre el aeropuerto y los hoteles, que ahora oscilan entre 60 y 90 minutos. Los delegados deben mostrar sus credenciales de la COP30 en múltiples puntos de control, y las aplicaciones locales de transporte por app han implementado zonas con recargos. Los focos de protesta cerca de la Zona Azul han provocado desvíos esporádicos y controles de identidad, aumentando la incertidumbre.
Solo los participantes acreditados por la CMNUCC son elegibles para la e-Visa especial y gratuita de la COP30 en Brasil; todos los demás visitantes extranjeros deben seguir las normas estándar de visado. Los hoteles reportan una ocupación superior al 96 %, y los expositores multinacionales aconsejan a su personal reservar ‘márgenes amazónicos’ de al menos cuatro horas para conexiones posteriores.
Para los gestores de movilidad, la recomendación clave es evitar reuniones ajustadas el mismo día en Belém, reservar con anticipación el transporte terrestre a través de proveedores confiables y monitorear los NOTAM (avisos a los aviadores) para posibles restricciones aéreas repentinas. Las empresas que envíen equipos deben tener en cuenta que la aduana ha habilitado un carril verde temporal para carnets ATA, aunque el proceso puede tardar hasta seis horas debido a las inspecciones reforzadas.
Los vuelos comerciales programados continúan operando, pero las aerolíneas han ampliado discretamente los tiempos de vuelo y advierten sobre posibles demoras en tierra de último minuto. Los operadores de aviación ejecutiva reportan que el estacionamiento nocturno se ha vuelto “prácticamente imposible” a menos que se hayan reservado espacios con meses de anticipación. Las empresas de apoyo a viajes recomiendan a los ejecutivos reprogramar sus rutas vía Manaos o São Luís si sus itinerarios son flexibles.
En tierra, los puntos de control móviles en la Avenida Júlio César y otras vías principales están duplicando los tiempos habituales de traslado entre el aeropuerto y los hoteles, que ahora oscilan entre 60 y 90 minutos. Los delegados deben mostrar sus credenciales de la COP30 en múltiples puntos de control, y las aplicaciones locales de transporte por app han implementado zonas con recargos. Los focos de protesta cerca de la Zona Azul han provocado desvíos esporádicos y controles de identidad, aumentando la incertidumbre.
Solo los participantes acreditados por la CMNUCC son elegibles para la e-Visa especial y gratuita de la COP30 en Brasil; todos los demás visitantes extranjeros deben seguir las normas estándar de visado. Los hoteles reportan una ocupación superior al 96 %, y los expositores multinacionales aconsejan a su personal reservar ‘márgenes amazónicos’ de al menos cuatro horas para conexiones posteriores.
Para los gestores de movilidad, la recomendación clave es evitar reuniones ajustadas el mismo día en Belém, reservar con anticipación el transporte terrestre a través de proveedores confiables y monitorear los NOTAM (avisos a los aviadores) para posibles restricciones aéreas repentinas. Las empresas que envíen equipos deben tener en cuenta que la aduana ha habilitado un carril verde temporal para carnets ATA, aunque el proceso puede tardar hasta seis horas debido a las inspecciones reforzadas.










