
El principal centro aéreo de Bélgica quedará paralizado el próximo martes, después de que la dirección confirmara que **todas las salidas programadas para el 26 de noviembre serán canceladas** debido a una jornada nacional de huelga. La paralización, anunciada en un comunicado el miércoles, responde a un llamado de varios sindicatos del sector público que protestan por el aumento del costo de vida y las reformas de pensiones. Los agentes de manejo, los controladores de seguridad y parte del personal de apoyo al tráfico aéreo han prometido dejar de trabajar, lo que ha obligado al aeropuerto a eliminar preventivamente todas las salidas de su panel.
Aunque algunos vuelos de llegada podrían operar, el aeropuerto advirtió que son posibles desvíos o cancelaciones de última hora y urgió a las aerolíneas a reprogramar o reubicar a los pasajeros con anticipación. Brussels Airlines, con sede en Zaventem, ya ha cancelado 70 vuelos, mientras que Ryanair y TUI fly Belgium están revisando planes de contingencia que incluyen posicionar aviones en hubs vecinos como Ámsterdam Schiphol, París CDG y Düsseldorf. El transporte terrestre también se verá afectado: los sindicatos de ferrocarriles belgas planean operar un “servicio mínimo” y la red de metro y autobuses STIB/MIVB en Bruselas anticipa importantes interrupciones en la frecuencia.
Los responsables de viajes de negocios están en alerta. Multinacionales con sede en el Benelux, como AB InBev, UCB y Toyota Motor Europe, han instruido a su personal a evitar viajes el mismo día y a cambiar las reuniones a formatos virtuales. La consultora PwC Bélgica anunció que redirigirá a sus consultores a través de Lille Europe para conexiones con Eurostar, subrayando la importancia del transporte ferroviario transfronterizo cuando la aviación se ve afectada. Las empresas de reubicación informan que los empleados asignados para llegar la próxima semana están siendo reubicados vía Frankfurt o Charles-de-Gaulle, lo que añade costos y complejidad a los plazos de inmigración corporativa.
Las huelgas no son nuevas en el aeropuerto de Bruselas, pero los cierres totales son poco frecuentes. La última paralización completa de salidas ocurrió en febrero de 2025, cuando una acción similar dejó varados a más de 60,000 viajeros. Según la normativa EU261, las aerolíneas deben ofrecer reubicación o reembolso, aunque no corresponde compensación económica porque las huelgas se consideran “circunstancias extraordinarias”. Los viajeros con conexiones dentro del Área Schengen deben tener en cuenta que las alternativas ferroviarias podrían estar saturadas: Thalys ya ha limitado las nuevas reservas para el 26 y 27 de noviembre.
Para los gestores de movilidad, el consejo es claro: activar los canales de comunicación de crisis, revisar la validez de visados y permisos de estancia de los viajeros ante posibles retrasos prolongados, y seguir de cerca las negociaciones sindicales que podrían extender la huelga a 48 horas. Los empleadores también deben preparar cartas de justificación laboral para el personal que pueda ser interrogado en las fronteras terrestres si optan por rutas por carretera, una lección aprendida durante el cierre de febrero, cuando controles policiales improvisados causaron largas colas en la frontera francesa cerca de Rekkem.
Aunque algunos vuelos de llegada podrían operar, el aeropuerto advirtió que son posibles desvíos o cancelaciones de última hora y urgió a las aerolíneas a reprogramar o reubicar a los pasajeros con anticipación. Brussels Airlines, con sede en Zaventem, ya ha cancelado 70 vuelos, mientras que Ryanair y TUI fly Belgium están revisando planes de contingencia que incluyen posicionar aviones en hubs vecinos como Ámsterdam Schiphol, París CDG y Düsseldorf. El transporte terrestre también se verá afectado: los sindicatos de ferrocarriles belgas planean operar un “servicio mínimo” y la red de metro y autobuses STIB/MIVB en Bruselas anticipa importantes interrupciones en la frecuencia.
Los responsables de viajes de negocios están en alerta. Multinacionales con sede en el Benelux, como AB InBev, UCB y Toyota Motor Europe, han instruido a su personal a evitar viajes el mismo día y a cambiar las reuniones a formatos virtuales. La consultora PwC Bélgica anunció que redirigirá a sus consultores a través de Lille Europe para conexiones con Eurostar, subrayando la importancia del transporte ferroviario transfronterizo cuando la aviación se ve afectada. Las empresas de reubicación informan que los empleados asignados para llegar la próxima semana están siendo reubicados vía Frankfurt o Charles-de-Gaulle, lo que añade costos y complejidad a los plazos de inmigración corporativa.
Las huelgas no son nuevas en el aeropuerto de Bruselas, pero los cierres totales son poco frecuentes. La última paralización completa de salidas ocurrió en febrero de 2025, cuando una acción similar dejó varados a más de 60,000 viajeros. Según la normativa EU261, las aerolíneas deben ofrecer reubicación o reembolso, aunque no corresponde compensación económica porque las huelgas se consideran “circunstancias extraordinarias”. Los viajeros con conexiones dentro del Área Schengen deben tener en cuenta que las alternativas ferroviarias podrían estar saturadas: Thalys ya ha limitado las nuevas reservas para el 26 y 27 de noviembre.
Para los gestores de movilidad, el consejo es claro: activar los canales de comunicación de crisis, revisar la validez de visados y permisos de estancia de los viajeros ante posibles retrasos prolongados, y seguir de cerca las negociaciones sindicales que podrían extender la huelga a 48 horas. Los empleadores también deben preparar cartas de justificación laboral para el personal que pueda ser interrogado en las fronteras terrestres si optan por rutas por carretera, una lección aprendida durante el cierre de febrero, cuando controles policiales improvisados causaron largas colas en la frontera francesa cerca de Rekkem.







