
Los viajeros australianos enfrentaron una amplia interrupción el 20 de noviembre, con 426 vuelos retrasados o cancelados en los aeropuertos de Sídney, Melbourne, Perth, Canberra y Darwin, según el rastreador de la industria FlightAware. Nueve vuelos, principalmente operados por QantasLink, Jetstar y Virgin Australia, fueron cancelados directamente, mientras que los retrasos en cadena provocaron aglomeraciones en las terminales.
Las aerolíneas atribuyeron el caos a una combinación de problemas en la programación de tripulaciones, fuertes tormentas en la costa este y la congestión residual causada por las reducciones de horarios de la FAA en Estados Unidos la semana pasada, derivadas del cierre gubernamental, que obligaron a reprogramar varias rotaciones de aeronaves.
Para los viajeros de negocios, el momento es complicado: los gestores de viajes corporativos apenas habían logrado recuperar los volúmenes previos a la pandemia para la temporada de conferencias de noviembre y diciembre. Varias multinacionales reportaron conexiones perdidas hacia los centros mineros en Australia Occidental, lo que generó costosas estancias nocturnas y retrasos en proyectos.
Los aeropuertos activaron planes de contingencia, incluyendo la instalación de mostradores temporales de atención al cliente y la entrega de vales para comidas, pero los representantes sindicales advirtieron que, sin la contratación adicional de personal de tierra, episodios similares podrían repetirse durante el pico navideño.
Los asesores en gestión de riesgos de viaje recomiendan que las empresas contemplen al menos un margen de cuatro horas para conexiones doméstico-internacionales esta semana y revisen las condiciones de las tarifas, ya que muchos boletos económicos con descuento aún aplican cargos por cambios a pesar de las interrupciones operativas.
Las aerolíneas atribuyeron el caos a una combinación de problemas en la programación de tripulaciones, fuertes tormentas en la costa este y la congestión residual causada por las reducciones de horarios de la FAA en Estados Unidos la semana pasada, derivadas del cierre gubernamental, que obligaron a reprogramar varias rotaciones de aeronaves.
Para los viajeros de negocios, el momento es complicado: los gestores de viajes corporativos apenas habían logrado recuperar los volúmenes previos a la pandemia para la temporada de conferencias de noviembre y diciembre. Varias multinacionales reportaron conexiones perdidas hacia los centros mineros en Australia Occidental, lo que generó costosas estancias nocturnas y retrasos en proyectos.
Los aeropuertos activaron planes de contingencia, incluyendo la instalación de mostradores temporales de atención al cliente y la entrega de vales para comidas, pero los representantes sindicales advirtieron que, sin la contratación adicional de personal de tierra, episodios similares podrían repetirse durante el pico navideño.
Los asesores en gestión de riesgos de viaje recomiendan que las empresas contemplen al menos un margen de cuatro horas para conexiones doméstico-internacionales esta semana y revisen las condiciones de las tarifas, ya que muchos boletos económicos con descuento aún aplican cargos por cambios a pesar de las interrupciones operativas.










