
El Aeropuerto Internacional de Filadelfia (PHL) confirmó el 19 de noviembre que sus últimos puntos de control de la TSA cerrados, en las Terminales A y F, reabrirán antes del 22 de noviembre. Estos puntos de control fueron cerrados durante el reciente cierre del gobierno debido a la falta de personal.
PHL espera recibir cerca de un millón de pasajeros entre el viernes y el martes después del Día de Acción de Gracias, con el domingo pronosticado como el día más concurrido, con más de 100,000 viajeros. Las autoridades del aeropuerto han autorizado horas extras adicionales y equipos caninos para mantener los tiempos de espera por debajo de los 30 minutos.
Para las empresas que envían empleados a través de PHL o que operan servicios de transporte regional, la reapertura elimina la necesidad de reemitir boletos por otros centros y debería normalizar los tiempos de viaje puerta a puerta. Los gestores de movilidad aún deben recomendar a los viajeros llegar al menos dos horas antes de la salida, ya que la TSA está incorporando nuevos empleados que podrían tardar en alcanzar un rendimiento óptimo.
Esta medida también es una señal positiva para otros aeropuertos medianos que redujeron sus carriles de seguridad durante el cierre; las autoridades federales indican que reaperturas similares se producirán una vez que la dotación de personal se estabilice.
PHL espera recibir cerca de un millón de pasajeros entre el viernes y el martes después del Día de Acción de Gracias, con el domingo pronosticado como el día más concurrido, con más de 100,000 viajeros. Las autoridades del aeropuerto han autorizado horas extras adicionales y equipos caninos para mantener los tiempos de espera por debajo de los 30 minutos.
Para las empresas que envían empleados a través de PHL o que operan servicios de transporte regional, la reapertura elimina la necesidad de reemitir boletos por otros centros y debería normalizar los tiempos de viaje puerta a puerta. Los gestores de movilidad aún deben recomendar a los viajeros llegar al menos dos horas antes de la salida, ya que la TSA está incorporando nuevos empleados que podrían tardar en alcanzar un rendimiento óptimo.
Esta medida también es una señal positiva para otros aeropuertos medianos que redujeron sus carriles de seguridad durante el cierre; las autoridades federales indican que reaperturas similares se producirán una vez que la dotación de personal se estabilice.










