
El ministro de Infraestructura de Polonia confirmó en la madrugada del 18 de noviembre que se reanudaron las operaciones de doble vía en el tramo Sobolew–Życzyn de la línea principal Varsovia–Lublin, menos de 30 horas después de que un artefacto explosivo dañara las vías. La rápida reparación contó con la participación de 130 ingenieros de PKP Polskie Linie Kolejowe, trabajando bajo custodia militar y utilizando paneles modulares de vía KZN previamente almacenados.
La explosión obligó a desviar o cancelar 27 servicios de pasajeros, incluidos cuatro trenes de negocios EIP Pendolino que conectan Varsovia y Cracovia vía Lublin, y afectó al menos a 11 trenes de carga que transportaban componentes automotrices, productos terminados y ayuda humanitaria para Ucrania. Los expertos en logística estiman que la interrupción añadió hasta 18 horas a los tiempos de tránsito puerta a puerta para la carga con destino al este, lo que llevó a varios fabricantes a cambiar envíos urgentes al transporte por carretera.
El primer ministro Donald Tusk informó a los legisladores que dos ciudadanos ucranianos, uno de ellos con antecedentes por sabotaje en Leópolis, han sido identificados como principales sospechosos y se cree que huyeron a Bielorrusia. Los fiscales polacos han abierto una investigación por terrorismo bajo el artículo 163 del Código Penal, que contempla una posible condena de cadena perpetua.
Los operadores ferroviarios PKP Intercity y Koleje Mazowieckie han restablecido los horarios completos, pero advirtieron sobre controles de seguridad intensificados en las estaciones, incluyendo inspecciones aleatorias de equipaje y patrullas caninas. Se recomienda a los viajeros de negocios añadir entre 15 y 20 minutos a los tiempos de embarque en Warszawa Centralna, Lublin y Dęblin hasta nuevo aviso.
El incidente pone de manifiesto la vulnerabilidad de Polonia como puente logístico hacia Ucrania; los transitarios que transportan carga militar o comercial de alto valor están desviando sus rutas por el corredor Ełk-Kukuryki y acelerando los planes para implementar vagones sellados con GPS y servicios de escolta armada.
La explosión obligó a desviar o cancelar 27 servicios de pasajeros, incluidos cuatro trenes de negocios EIP Pendolino que conectan Varsovia y Cracovia vía Lublin, y afectó al menos a 11 trenes de carga que transportaban componentes automotrices, productos terminados y ayuda humanitaria para Ucrania. Los expertos en logística estiman que la interrupción añadió hasta 18 horas a los tiempos de tránsito puerta a puerta para la carga con destino al este, lo que llevó a varios fabricantes a cambiar envíos urgentes al transporte por carretera.
El primer ministro Donald Tusk informó a los legisladores que dos ciudadanos ucranianos, uno de ellos con antecedentes por sabotaje en Leópolis, han sido identificados como principales sospechosos y se cree que huyeron a Bielorrusia. Los fiscales polacos han abierto una investigación por terrorismo bajo el artículo 163 del Código Penal, que contempla una posible condena de cadena perpetua.
Los operadores ferroviarios PKP Intercity y Koleje Mazowieckie han restablecido los horarios completos, pero advirtieron sobre controles de seguridad intensificados en las estaciones, incluyendo inspecciones aleatorias de equipaje y patrullas caninas. Se recomienda a los viajeros de negocios añadir entre 15 y 20 minutos a los tiempos de embarque en Warszawa Centralna, Lublin y Dęblin hasta nuevo aviso.
El incidente pone de manifiesto la vulnerabilidad de Polonia como puente logístico hacia Ucrania; los transitarios que transportan carga militar o comercial de alto valor están desviando sus rutas por el corredor Ełk-Kukuryki y acelerando los planes para implementar vagones sellados con GPS y servicios de escolta armada.





