
Tras el sabotaje ferroviario, el Consejo de Ministros de Polonia ha activado un plan de seguridad nacional denominado Operación Horizonte, asignando hasta 10 000 soldados para patrullas continuas en puentes ferroviarios, subestaciones eléctricas, oleoductos y aeropuertos. El ministro de Defensa, Władysław Kosiniak-Kamysz, anunció el 19 de noviembre que equipos mixtos de ejército y policía realizarán inspecciones apoyadas por drones a lo largo de 3 400 kilómetros de líneas ferroviarias principales y en todos los pasos fronterizos con Bielorrusia y Ucrania.
Para los viajeros, el cambio más visible será en los puntos de transporte: los pasajeros que ingresen a los aeropuertos de Varsovia Chopin y Cracovia Balice verán policías militares armados en los controles de aceras y plataformas, mientras que los conductores de vehículos pesados en los corredores A2 y S12 deberán someterse a inspecciones aleatorias de las puertas de carga. El ministerio insiste en que las medidas son “temporales y basadas en inteligencia”, pero las asociaciones logísticas advierten que los escaneos sistemáticos de vehículos podrían añadir entre 20 y 30 minutos por cruce fronterizo, especialmente en Terespol y Dorohusk.
Por su parte, los operadores de aeropuertos comerciales están revisando los pases de acceso en tierra; al menos tres agentes de handling en Poznań–Ławica han suspendido los programas de credenciales para visitantes que no cuentan con autorización de seguridad a largo plazo. Los equipos de movilidad de recursos humanos que transporten equipos sensibles o trasladen hogares de empleados deben actualizar las listas de embalaje y asegurarse de que los conductores lleven declaraciones en polaco para agilizar las inspecciones en carretera.
Despliegues similares de tropas tras las explosiones en oleoductos de 2022 duraron seis semanas; los responsables de defensa indican que la misión actual será evaluada semanalmente y se reducirá una vez que los investigadores confirmen que no hay riesgo de nuevos ataques. Sin embargo, los analistas de seguridad corporativa recomiendan mantener opciones de rutas alternativas y conservar una calificación de riesgo de viaje elevada para el este y centro de Polonia hasta que se levante la Operación Horizonte.
Para los viajeros, el cambio más visible será en los puntos de transporte: los pasajeros que ingresen a los aeropuertos de Varsovia Chopin y Cracovia Balice verán policías militares armados en los controles de aceras y plataformas, mientras que los conductores de vehículos pesados en los corredores A2 y S12 deberán someterse a inspecciones aleatorias de las puertas de carga. El ministerio insiste en que las medidas son “temporales y basadas en inteligencia”, pero las asociaciones logísticas advierten que los escaneos sistemáticos de vehículos podrían añadir entre 20 y 30 minutos por cruce fronterizo, especialmente en Terespol y Dorohusk.
Por su parte, los operadores de aeropuertos comerciales están revisando los pases de acceso en tierra; al menos tres agentes de handling en Poznań–Ławica han suspendido los programas de credenciales para visitantes que no cuentan con autorización de seguridad a largo plazo. Los equipos de movilidad de recursos humanos que transporten equipos sensibles o trasladen hogares de empleados deben actualizar las listas de embalaje y asegurarse de que los conductores lleven declaraciones en polaco para agilizar las inspecciones en carretera.
Despliegues similares de tropas tras las explosiones en oleoductos de 2022 duraron seis semanas; los responsables de defensa indican que la misión actual será evaluada semanalmente y se reducirá una vez que los investigadores confirmen que no hay riesgo de nuevos ataques. Sin embargo, los analistas de seguridad corporativa recomiendan mantener opciones de rutas alternativas y conservar una calificación de riesgo de viaje elevada para el este y centro de Polonia hasta que se levante la Operación Horizonte.





