
El paquete integral de reformas de asilo presentado por la ministra del Interior, Shabana Mahmood, generó nuevas críticas el 19 de noviembre tras confirmarse que los niños nacidos en el Reino Unido podrían ser deportados si se revoca el estatus temporal de refugiado de sus padres. La política, inspirada en el enfoque danés de "retorno cuando sea seguro", busca disuadir a las familias de usar el nacimiento como medio para obtener residencia a largo plazo.
Según el plan, todos los refugiados recibirán solo protección provisional y deberán renovar su solicitud cada 30 meses. Si en una revisión futura se rechaza a un padre, los hijos dependientes —incluidos los nacidos en suelo británico— perderán su permiso derivado y podrían ser deportados al país de origen de la familia.
Expertos legales advierten que esta medida generará litigios complejos bajo el Artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos (derecho a la vida familiar). Lord Dubs calificó la propuesta como “moralmente indefendible” y alertó que obligar a los niños a abandonar el país que conocen desde su nacimiento dificultará su integración.
Para los empleadores, esto introduce incertidumbre respecto a los refugiados ya incorporados al mercado laboral. Los equipos de recursos humanos deben monitorear las fechas de vencimiento de las visas del personal con estatus de refugiado y estar preparados para gestionar cambios repentinos en el derecho a trabajar o solicitudes de permisos por motivos humanitarios si se programan deportaciones familiares.
Según el plan, todos los refugiados recibirán solo protección provisional y deberán renovar su solicitud cada 30 meses. Si en una revisión futura se rechaza a un padre, los hijos dependientes —incluidos los nacidos en suelo británico— perderán su permiso derivado y podrían ser deportados al país de origen de la familia.
Expertos legales advierten que esta medida generará litigios complejos bajo el Artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos (derecho a la vida familiar). Lord Dubs calificó la propuesta como “moralmente indefendible” y alertó que obligar a los niños a abandonar el país que conocen desde su nacimiento dificultará su integración.
Para los empleadores, esto introduce incertidumbre respecto a los refugiados ya incorporados al mercado laboral. Los equipos de recursos humanos deben monitorear las fechas de vencimiento de las visas del personal con estatus de refugiado y estar preparados para gestionar cambios repentinos en el derecho a trabajar o solicitudes de permisos por motivos humanitarios si se programan deportaciones familiares.








