
Reunido en Bruselas el 17 de noviembre de 2025, el Consejo de la Unión Europea aprobó un reglamento que reforma el mecanismo para suspender los viajes sin visado de nacionales de terceros países. Las nuevas normas reducen el umbral estadístico para activar una suspensión (de un aumento del 50 % a un 30 % en estancias irregulares, solicitudes de asilo o delitos graves), amplían el periodo inicial de suspensión de nueve a doce meses y permiten suspensiones selectivas dirigidas a responsables políticos en lugar de a toda la población.
Aunque la medida es de ámbito comunitario, tiene consecuencias directas para Irlanda. A diferencia del Reino Unido, Irlanda sigue formando parte de la política común de visados de la UE para estancias cortas (Schengen). Una vez que el reglamento entre en vigor, 20 días después de su publicación en el Diario Oficial, Dublín estará legalmente obligado a reimponer visados si la Comisión o el Consejo activan el mecanismo contra un tercer país.
Para los empleadores, el principal riesgo radica en cambios repentinos en la elegibilidad para viajes de negocios. Los nacionales de países afectados por las nuevas normas podrían necesitar de un día para otro visados C irlandeses (y Schengen), lo que impactaría en desplazamientos cortos, conferencias y visitas técnicas. Por ello, los responsables de movilidad deben implementar sistemas de alerta temprana y preparar procedimientos alternativos para la solicitud de visados.
El reglamento también responde a las preocupaciones de la UE sobre los programas de “ciudadanía por inversión”. Si un tercer país concede pasaportes a inversores sin un vínculo real, su acceso sin visado puede ser suspendido. Irlanda, que acoge a numerosos empleados multinacionales de los Balcanes Occidentales, el Caribe y América Latina, deberá seguir de cerca los informes de la Comisión sobre estos programas para anticipar posibles interrupciones en los viajes de negocios.
Las autoridades irlandesas valoraron el texto como un refuerzo “de la integridad de la frontera exterior de la UE sin restablecer controles dentro del Área Común de Viaje”. Se espera que el Departamento de Justicia distribuya directrices a transportistas y agencias de viajes una vez que se publique el reglamento.
Aunque la medida es de ámbito comunitario, tiene consecuencias directas para Irlanda. A diferencia del Reino Unido, Irlanda sigue formando parte de la política común de visados de la UE para estancias cortas (Schengen). Una vez que el reglamento entre en vigor, 20 días después de su publicación en el Diario Oficial, Dublín estará legalmente obligado a reimponer visados si la Comisión o el Consejo activan el mecanismo contra un tercer país.
Para los empleadores, el principal riesgo radica en cambios repentinos en la elegibilidad para viajes de negocios. Los nacionales de países afectados por las nuevas normas podrían necesitar de un día para otro visados C irlandeses (y Schengen), lo que impactaría en desplazamientos cortos, conferencias y visitas técnicas. Por ello, los responsables de movilidad deben implementar sistemas de alerta temprana y preparar procedimientos alternativos para la solicitud de visados.
El reglamento también responde a las preocupaciones de la UE sobre los programas de “ciudadanía por inversión”. Si un tercer país concede pasaportes a inversores sin un vínculo real, su acceso sin visado puede ser suspendido. Irlanda, que acoge a numerosos empleados multinacionales de los Balcanes Occidentales, el Caribe y América Latina, deberá seguir de cerca los informes de la Comisión sobre estos programas para anticipar posibles interrupciones en los viajes de negocios.
Las autoridades irlandesas valoraron el texto como un refuerzo “de la integridad de la frontera exterior de la UE sin restablecer controles dentro del Área Común de Viaje”. Se espera que el Departamento de Justicia distribuya directrices a transportistas y agencias de viajes una vez que se publique el reglamento.










