
Menos de veinticuatro horas antes de que los planes británicos se presentaran formalmente en Westminster, The Guardian reveló que el ministro de Justicia irlandés ya había informado a la Conferencia Intergubernamental Británico-Irlandesa sobre posibles efectos colaterales. Jim O’Callaghan comunicó a sus homólogos el 17 de noviembre de 2025 que Dublín “vigilaría de cerca” las propuestas de Londres y adaptaría la legislación irlandesa si fuera necesario para evitar que la República se volviera más atractiva que el Reino Unido para los solicitantes de asilo.
Datos publicados por el Departamento de Justicia muestran que más del 80 % de los recientes ingresos irregulares viajaron primero a Gran Bretaña y luego cruzaron a la República a través de Irlanda del Norte. El Acuerdo de Viaje Común (CTA), vigente desde 1923, garantiza la libre circulación de ciudadanos irlandeses y británicos, pero nunca fue diseñado para gestionar regímenes de asilo divergentes. Las autoridades temen que esta brecha política emergente pueda saturar el sistema de protección internacional de Irlanda, ya tensionado por un récord de solicitudes en 2024-25.
O’Callaghan confirmó que un nuevo proyecto de Ley de Protección Internacional, que se presentará ante el Dáil en diciembre, podría ser modificado para reflejar las normas británicas de inadmisibilidad, acelerando las devoluciones a terceros países “seguros” y endureciendo el proceso de apelaciones. Los partidos de oposición han exigido total transparencia sobre cualquier acuerdo bilateral de readmisión con Londres, citando obligaciones en materia de derechos humanos.
Los economistas señalan que la migración ha sido clave para el fuerte crecimiento del mercado laboral, especialmente en construcción y salud. Sin embargo, el sentimiento político se ha endurecido tras una serie de protestas frente a centros de alojamiento para refugiados. Por ello, las empresas valoran procedimientos más claros y rápidos, pero advierten contra restricciones abruptas que podrían agravar la escasez de talento.
Para los empleadores, la conclusión inmediata es la incertidumbre: los equipos de movilidad corporativa deben seguir el calendario legislativo, revisar los plazos para visados de Transferencia Intraempresarial y anticipar posibles controles documentales en vuelos y ferris domésticos que conectan Gran Bretaña e Irlanda. Se recomienda a las multinacionales que participen en asociaciones sectoriales conforme se publiquen los borradores de consulta.
Datos publicados por el Departamento de Justicia muestran que más del 80 % de los recientes ingresos irregulares viajaron primero a Gran Bretaña y luego cruzaron a la República a través de Irlanda del Norte. El Acuerdo de Viaje Común (CTA), vigente desde 1923, garantiza la libre circulación de ciudadanos irlandeses y británicos, pero nunca fue diseñado para gestionar regímenes de asilo divergentes. Las autoridades temen que esta brecha política emergente pueda saturar el sistema de protección internacional de Irlanda, ya tensionado por un récord de solicitudes en 2024-25.
O’Callaghan confirmó que un nuevo proyecto de Ley de Protección Internacional, que se presentará ante el Dáil en diciembre, podría ser modificado para reflejar las normas británicas de inadmisibilidad, acelerando las devoluciones a terceros países “seguros” y endureciendo el proceso de apelaciones. Los partidos de oposición han exigido total transparencia sobre cualquier acuerdo bilateral de readmisión con Londres, citando obligaciones en materia de derechos humanos.
Los economistas señalan que la migración ha sido clave para el fuerte crecimiento del mercado laboral, especialmente en construcción y salud. Sin embargo, el sentimiento político se ha endurecido tras una serie de protestas frente a centros de alojamiento para refugiados. Por ello, las empresas valoran procedimientos más claros y rápidos, pero advierten contra restricciones abruptas que podrían agravar la escasez de talento.
Para los empleadores, la conclusión inmediata es la incertidumbre: los equipos de movilidad corporativa deben seguir el calendario legislativo, revisar los plazos para visados de Transferencia Intraempresarial y anticipar posibles controles documentales en vuelos y ferris domésticos que conectan Gran Bretaña e Irlanda. Se recomienda a las multinacionales que participen en asociaciones sectoriales conforme se publiquen los borradores de consulta.







