
El Departamento de Seguridad Energética ha creado un Grupo de Trabajo Nacional de Resiliencia Energética tras el incendio de marzo que dejó sin electricidad a Heathrow durante casi 24 horas, provocando la cancelación de cientos de vuelos y dejando varados a 70,000 pasajeros. Anunciado el 18 de noviembre, este organismo—presidido por el ministro de Energía Ed Miliband—coordinará mejoras en la infraestructura, auditará los estándares de seguridad contra incendios y elaborará protocolos de recuperación rápida para sitios críticos como aeropuertos, puertos y centros ferroviarios.
Una revisión independiente publicada en julio reveló que la falla que causó el incendio en la subestación había sido reportada desde 2018, pero nunca se reparó, evidenciando fallos sistémicos en el mantenimiento de la red de alta tensión en Reino Unido. El grupo de trabajo supervisará ahora la gestión de activos y los calendarios de inspección, además de colaborar con la industria para incorporar criterios de resiliencia en la transición hacia una red Net Zero.
Para las aerolíneas y las empresas de gestión de viajes, las implicaciones son claras: las interrupciones energéticas son ahora un riesgo operativo reconocido, al mismo nivel que el clima o las huelgas de control aéreo. Se espera que la Autoridad de Aviación Civil consulte sobre la inclusión de suministros de energía de contingencia como parte de las obligaciones de seguridad de los aeropuertos, lo que podría aumentar los costos de cumplimiento pero reducir la probabilidad de cancelaciones masivas futuras.
Los responsables de movilidad corporativa deberían revisar sus planes de continuidad de negocio que dependen de Heathrow, Gatwick o Manchester como puntos únicos para los traslados de empleados. Las estrategias de rutas alternativas y las herramientas de seguimiento de viajeros capaces de identificar a empleados afectados por fallos en la infraestructura se convertirán en prácticas recomendadas. El grupo de trabajo publicará su Estrategia completa de Resiliencia Energética en 2026, pero los reguladores ya están anticipando una postura más estricta hacia los operadores de infraestructura que sobreexploten sus activos más allá de límites seguros.
Una revisión independiente publicada en julio reveló que la falla que causó el incendio en la subestación había sido reportada desde 2018, pero nunca se reparó, evidenciando fallos sistémicos en el mantenimiento de la red de alta tensión en Reino Unido. El grupo de trabajo supervisará ahora la gestión de activos y los calendarios de inspección, además de colaborar con la industria para incorporar criterios de resiliencia en la transición hacia una red Net Zero.
Para las aerolíneas y las empresas de gestión de viajes, las implicaciones son claras: las interrupciones energéticas son ahora un riesgo operativo reconocido, al mismo nivel que el clima o las huelgas de control aéreo. Se espera que la Autoridad de Aviación Civil consulte sobre la inclusión de suministros de energía de contingencia como parte de las obligaciones de seguridad de los aeropuertos, lo que podría aumentar los costos de cumplimiento pero reducir la probabilidad de cancelaciones masivas futuras.
Los responsables de movilidad corporativa deberían revisar sus planes de continuidad de negocio que dependen de Heathrow, Gatwick o Manchester como puntos únicos para los traslados de empleados. Las estrategias de rutas alternativas y las herramientas de seguimiento de viajeros capaces de identificar a empleados afectados por fallos en la infraestructura se convertirán en prácticas recomendadas. El grupo de trabajo publicará su Estrategia completa de Resiliencia Energética en 2026, pero los reguladores ya están anticipando una postura más estricta hacia los operadores de infraestructura que sobreexploten sus activos más allá de límites seguros.






