
Un informe de Human Rights Watch (HRW) publicado el 18 de noviembre ofrece un panorama preocupante sobre la educación en Mayotte, el departamento francés en el Océano Índico, donde el rápido crecimiento demográfico, impulsado en parte por la migración irregular desde las Comoras, ha saturado las aulas. HRW documenta escuelas superpobladas que funcionan en turnos de medio día, con hasta 15,000 niños recibiendo menos de una jornada escolar completa.
Aunque el informe se centra en el derecho a la educación, tiene implicaciones más amplias en materia de movilidad: las operaciones policiales en las fronteras, destinadas a interceptar migrantes indocumentados cerca de las escuelas, están disuadiendo a los padres de inscribir a sus hijos o de acceder a servicios públicos. HRW señala que el miedo a ser arrestados lleva a algunas familias a no acudir a citas de vacunación o clases de idioma, lo que debilita los esfuerzos de integración.
Estas conclusiones llegan en un momento en que el Ministerio del Interior está ultimando un decreto para endurecer las pruebas de idioma y civismo para la obtención de permisos de residencia a partir de enero de 2026. Las ONG advierten que, sin inversión en educación y servicios básicos, las nuevas reglas podrían generar una “irregularidad permanente” para miles de niños nacidos en suelo francés pero incapaces de gestionar la documentación.
Para los empleadores en Mayotte —especialmente en construcción, agroalimentación y obras públicas— el informe señala un posible escrutinio de las prácticas laborales y reaviva el debate sobre las cuotas de permisos de trabajo para nacionales comoranos. Los responsables de movilidad deben vigilar si París utiliza estos hallazgos para justificar una nueva ronda de financiación en seguridad fronteriza o, por el contrario, acelera los planes para emitir más permisos “travail en tension” que regularicen a residentes de larga duración en ocupaciones con escasez de mano de obra.
Aunque el informe se centra en el derecho a la educación, tiene implicaciones más amplias en materia de movilidad: las operaciones policiales en las fronteras, destinadas a interceptar migrantes indocumentados cerca de las escuelas, están disuadiendo a los padres de inscribir a sus hijos o de acceder a servicios públicos. HRW señala que el miedo a ser arrestados lleva a algunas familias a no acudir a citas de vacunación o clases de idioma, lo que debilita los esfuerzos de integración.
Estas conclusiones llegan en un momento en que el Ministerio del Interior está ultimando un decreto para endurecer las pruebas de idioma y civismo para la obtención de permisos de residencia a partir de enero de 2026. Las ONG advierten que, sin inversión en educación y servicios básicos, las nuevas reglas podrían generar una “irregularidad permanente” para miles de niños nacidos en suelo francés pero incapaces de gestionar la documentación.
Para los empleadores en Mayotte —especialmente en construcción, agroalimentación y obras públicas— el informe señala un posible escrutinio de las prácticas laborales y reaviva el debate sobre las cuotas de permisos de trabajo para nacionales comoranos. Los responsables de movilidad deben vigilar si París utiliza estos hallazgos para justificar una nueva ronda de financiación en seguridad fronteriza o, por el contrario, acelera los planes para emitir más permisos “travail en tension” que regularicen a residentes de larga duración en ocupaciones con escasez de mano de obra.











