
Una inspección rutinaria en la autopista A4 en Turingia se convirtió en el caso más caro del año en Alemania relacionado con tacógrafos, después de que los inspectores de transporte descubrieran un sofisticado sistema que permitía a un conductor falsificar los períodos obligatorios de descanso mientras el camión seguía en movimiento.
La Oficina Federal de Logística y Movilidad (BALM) y la policía de autopistas desmontaron el vehículo, casi nuevo, durante la revisión del 18 de noviembre y encontraron un cableado oculto conectado al tacógrafo digital. Al activar un interruptor, el dispositivo registraba “0 km/h”, desactivando el control de crucero adaptativo, el ABS y el ESP, lo que permitía al conductor turco de 34 años superar los límites legales de conducción sin ser detectado.
Dado que la misma empresa de transporte había sido sorprendida con una manipulación idéntica en julio, BALM impuso una fianza de 30.000 euros en el acto y ordenó retirar el camión de la circulación hasta que se eliminaran todas las piezas ilegales. Las autoridades señalaron que este caso refleja una tendencia creciente: interferencias electrónicas sofisticadas que ocultan la fatiga y ponen en riesgo la seguridad del vehículo.
Para los gestores de movilidad, el mensaje es claro. Las agencias de control alemanas están intensificando las inspecciones tecnológicas en carretera como parte de un esfuerzo más amplio en el espacio Schengen para mejorar la seguridad del transporte por carretera y las condiciones laborales. Las empresas que envíen conductores a través de las fronteras alemanas deben prepararse para inspecciones de hardware más exhaustivas y considerar posibles retrasos y multas elevadas en sus planes logísticos.
Los empleadores también deben auditar a los subcontratistas, ya que la responsabilidad en Alemania puede extenderse a lo largo de toda la cadena de transporte. BALM ya ha advertido que la próxima actualización del tacógrafo inteligente de la UE (fase III, prevista para mediados de 2026) hará que la manipulación sea aún más difícil y las multas, más severas.
La Oficina Federal de Logística y Movilidad (BALM) y la policía de autopistas desmontaron el vehículo, casi nuevo, durante la revisión del 18 de noviembre y encontraron un cableado oculto conectado al tacógrafo digital. Al activar un interruptor, el dispositivo registraba “0 km/h”, desactivando el control de crucero adaptativo, el ABS y el ESP, lo que permitía al conductor turco de 34 años superar los límites legales de conducción sin ser detectado.
Dado que la misma empresa de transporte había sido sorprendida con una manipulación idéntica en julio, BALM impuso una fianza de 30.000 euros en el acto y ordenó retirar el camión de la circulación hasta que se eliminaran todas las piezas ilegales. Las autoridades señalaron que este caso refleja una tendencia creciente: interferencias electrónicas sofisticadas que ocultan la fatiga y ponen en riesgo la seguridad del vehículo.
Para los gestores de movilidad, el mensaje es claro. Las agencias de control alemanas están intensificando las inspecciones tecnológicas en carretera como parte de un esfuerzo más amplio en el espacio Schengen para mejorar la seguridad del transporte por carretera y las condiciones laborales. Las empresas que envíen conductores a través de las fronteras alemanas deben prepararse para inspecciones de hardware más exhaustivas y considerar posibles retrasos y multas elevadas en sus planes logísticos.
Los empleadores también deben auditar a los subcontratistas, ya que la responsabilidad en Alemania puede extenderse a lo largo de toda la cadena de transporte. BALM ya ha advertido que la próxima actualización del tacógrafo inteligente de la UE (fase III, prevista para mediados de 2026) hará que la manipulación sea aún más difícil y las multas, más severas.









