
La mayor organización para personas sin hogar de Bruselas, **Samusocial, lanzó la alarma el 17 de noviembre de 2025 tras revelar que ya ha acogido a 150 bebés menores de doce meses este año, más de dos por semana**. Veintiocho de esos bebés fueron trasladados directamente de las salas de maternidad a alojamientos de emergencia porque sus familias no tenían otro lugar adonde ir.
Las cifras reflejan los efectos colaterales de la crisis actual en la recepción de solicitantes de asilo en Bélgica. La capacidad del sistema federal Fedasil sigue saturada, lo que obliga tanto a refugiados reconocidos como a migrantes indocumentados a buscar camas de emergencia en albergues urbanos. Samusocial informa que **ha tenido que rechazar a 2.161 personas –incluyendo 613 familias– desde septiembre**, debido a que las 1.100 camas disponibles están completas. Un cuarto de esas camas están ocupadas por menores.
Para los equipos de Movilidad Global y Recursos Humanos que trasladan personal a Bruselas, estos datos son un recordatorio contundente de la crisis habitacional de la ciudad y la sensibilidad social que rodea la vivienda para migrantes. Aunque los empleados desplazados suelen asegurar alquileres privados, las reubicaciones pueden enfrentar rechazo comunitario si se percibe que los alquileres de alto nivel compiten con las necesidades sociales. Por ello, las empresas exploran cada vez más **alianzas de responsabilidad social corporativa con ONG locales** para ayudar a ampliar el parque de viviendas temporales y mostrar solidaridad.
En el plano político, la crisis alimenta el debate dentro de la coalición federal belga sobre si **reducir el alojamiento en hoteles para solicitantes de asilo** y endurecer los criterios para acceder a viviendas estatales. Los asesores de movilidad advierten que cualquier cambio abrupto en la política podría afectar también a los dependientes de titulares de permisos de trabajo que cambian a estatus humanitario, por lo que es fundamental contar con asesoría legal temprana.
En la práctica, los empleadores deben contemplar posibles retrasos en los plazos de traslado familiar, realizar un análisis exhaustivo del vecindario y preparar a los empleados desplazados sobre el contexto humanitario para que puedan manejar la sensibilidad local de manera constructiva.
Las cifras reflejan los efectos colaterales de la crisis actual en la recepción de solicitantes de asilo en Bélgica. La capacidad del sistema federal Fedasil sigue saturada, lo que obliga tanto a refugiados reconocidos como a migrantes indocumentados a buscar camas de emergencia en albergues urbanos. Samusocial informa que **ha tenido que rechazar a 2.161 personas –incluyendo 613 familias– desde septiembre**, debido a que las 1.100 camas disponibles están completas. Un cuarto de esas camas están ocupadas por menores.
Para los equipos de Movilidad Global y Recursos Humanos que trasladan personal a Bruselas, estos datos son un recordatorio contundente de la crisis habitacional de la ciudad y la sensibilidad social que rodea la vivienda para migrantes. Aunque los empleados desplazados suelen asegurar alquileres privados, las reubicaciones pueden enfrentar rechazo comunitario si se percibe que los alquileres de alto nivel compiten con las necesidades sociales. Por ello, las empresas exploran cada vez más **alianzas de responsabilidad social corporativa con ONG locales** para ayudar a ampliar el parque de viviendas temporales y mostrar solidaridad.
En el plano político, la crisis alimenta el debate dentro de la coalición federal belga sobre si **reducir el alojamiento en hoteles para solicitantes de asilo** y endurecer los criterios para acceder a viviendas estatales. Los asesores de movilidad advierten que cualquier cambio abrupto en la política podría afectar también a los dependientes de titulares de permisos de trabajo que cambian a estatus humanitario, por lo que es fundamental contar con asesoría legal temprana.
En la práctica, los empleadores deben contemplar posibles retrasos en los plazos de traslado familiar, realizar un análisis exhaustivo del vecindario y preparar a los empleados desplazados sobre el contexto humanitario para que puedan manejar la sensibilidad local de manera constructiva.





