
La Corte Suprema de EE. UU. aceptó el 17 de noviembre el caso Noem contra Al Otro Lado, que cuestiona la legalidad del “metering”, una política que permite a los agentes fronterizos estadounidenses rechazar a solicitantes de asilo en los puntos de entrada cuando alegan no tener capacidad para procesarlos. Implementado por primera vez en 2016, el metering se expandió considerablemente durante el primer mandato del expresidente Trump antes de ser eliminado en 2021. Sin embargo, el Departamento de Justicia sostiene que esta herramienta sigue siendo crucial para manejar futuros aumentos migratorios y busca claridad sobre su legalidad.
El Noveno Circuito dictaminó el año pasado que los solicitantes de asilo impedidos de pisar suelo estadounidense estaban, sin embargo, “llegando” según la Ley de Inmigración y Nacionalidad, lo que hace ilegal el metering. Grupos empresariales que dependen de trabajadores transfronterizos temen que su reinstauración genere congestiones caóticas en cruces comerciales muy transitados como San Ysidro y Laredo, retrasando tanto a ejecutivos como a camioneros.
Se esperan los argumentos orales a principios de 2026, con una decisión para junio. Si la Corte falla a favor de la administración, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) podría reimponer límites diarios en puertos designados, redirigiendo a miles de solicitantes de asilo a listas de espera improvisadas en ciudades fronterizas mexicanas, condiciones que anteriormente generaron preocupaciones humanitarias y de seguridad para maquiladoras y proveedores estadounidenses cercanos.
Los gestores de movilidad global deben seguir de cerca este caso: el metering no cambiaría directamente las categorías de visas corporativas, pero podría provocar retrasos en la infraestructura que afectarían el transporte de carga, transferencias de empleados y operaciones en carriles SENTRI/FAST. Las empresas podrían necesitar rutas alternativas para movimientos transfronterizos sensibles al tiempo.
El caso también indica la disposición de la Corte para revisar interpretaciones establecidas sobre el concepto de “entrada” en la ley migratoria estadounidense. Un fallo que limite estrictamente esta definición podría tener repercusiones más allá del asilo, afectando programas de libertad condicional, excepciones humanitarias e incluso pilotos de inspección remota en sitios de preautorización.
El Noveno Circuito dictaminó el año pasado que los solicitantes de asilo impedidos de pisar suelo estadounidense estaban, sin embargo, “llegando” según la Ley de Inmigración y Nacionalidad, lo que hace ilegal el metering. Grupos empresariales que dependen de trabajadores transfronterizos temen que su reinstauración genere congestiones caóticas en cruces comerciales muy transitados como San Ysidro y Laredo, retrasando tanto a ejecutivos como a camioneros.
Se esperan los argumentos orales a principios de 2026, con una decisión para junio. Si la Corte falla a favor de la administración, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) podría reimponer límites diarios en puertos designados, redirigiendo a miles de solicitantes de asilo a listas de espera improvisadas en ciudades fronterizas mexicanas, condiciones que anteriormente generaron preocupaciones humanitarias y de seguridad para maquiladoras y proveedores estadounidenses cercanos.
Los gestores de movilidad global deben seguir de cerca este caso: el metering no cambiaría directamente las categorías de visas corporativas, pero podría provocar retrasos en la infraestructura que afectarían el transporte de carga, transferencias de empleados y operaciones en carriles SENTRI/FAST. Las empresas podrían necesitar rutas alternativas para movimientos transfronterizos sensibles al tiempo.
El caso también indica la disposición de la Corte para revisar interpretaciones establecidas sobre el concepto de “entrada” en la ley migratoria estadounidense. Un fallo que limite estrictamente esta definición podría tener repercusiones más allá del asilo, afectando programas de libertad condicional, excepciones humanitarias e incluso pilotos de inspección remota en sitios de preautorización.









