
El Consejo de la Unión Europea aprobó el 17 de noviembre cambios profundos en la regulación que permite a Bruselas suspender el viaje sin visado para nacionales de terceros países. El nuevo mecanismo reduce el umbral estadístico para activar una suspensión (por ejemplo, un aumento del 30 % en las estancias irregulares o solicitudes de asilo en lugar del 50 %) y, por primera vez, apunta explícitamente a países que implementan programas de “ciudadanía por inversión” que otorgan pasaportes a personas sin un vínculo genuino con el Estado emisor.
Aunque las nuevas normas están dirigidas a países fuera de la UE, tienen claras implicaciones para Chipre, que cerró su programa de ciudadanía por inversión a finales de 2020 y aún está gestionando la revocación de pasaportes emitidos de forma indebida. Bruselas podrá actuar mucho más rápido: una suspensión inicial durará 12 meses en lugar de nueve, y podrá extenderse hasta 36 meses, ejerciendo presión sobre cualquier Estado cuyas políticas se consideren una puerta trasera al espacio Schengen.
Para las empresas chipriotas, esta decisión tiene importancia en dos niveles. Primero, muchas multinacionales en la isla dependen de viajes cortos sin visado de ejecutivos provenientes de jurisdicciones cercanas exentas de visado, como Georgia, Moldavia y Ucrania; una suspensión que afecte a esos pasaportes aumentaría inmediatamente los costes y las exigencias de cumplimiento. Segundo, el foco en los “pasaportes dorados” mantiene a Chipre bajo la lupa de la UE mientras reforma sus incentivos migratorios, especialmente con el Visado para Nómadas Digitales, el Visado para Startups y las vías aceleradas para residencia permanente. Estos programas deben demostrar rigurosos controles para evitar quedar asociados al estigma de la ciudadanía por inversión.
Los asesores migratorios ya están recomendando a sus clientes revisar sus procesos de movilidad. Las empresas que envían regularmente personal a Chipre desde países sin visado deberían preparar planes alternativos, incluyendo solicitudes de visado C de Schengen y tiempos de anticipación mayores. También deben estar atentos a medidas de reciprocidad, ya que la regulación actual facilita que la UE prolongue suspensiones si terceros países responden con represalias.
En la práctica, nada cambia de inmediato. La regulación entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE. Pero una vez operativa, dará a la Comisión Europea una herramienta más eficaz —respaldada por votación por mayoría cualificada— para actuar contra el uso indebido de la liberalización de visados. Para una economía pequeña y abierta como la chipriota, mantenerse alineada con los estándares migratorios de la UE es aún más crucial para proteger su conectividad y reputación.
De cara a 2026, se espera que el Ministerio Adjunto de Migración presente enmiendas a la Ley de Extranjería e Inmigración para codificar controles de antecedentes más estrictos y prohibir cualquier futuro programa de pasaporte por inversión, una medida destinada a mantener a Chipre fuera del punto de mira del nuevo régimen de suspensión.
Aunque las nuevas normas están dirigidas a países fuera de la UE, tienen claras implicaciones para Chipre, que cerró su programa de ciudadanía por inversión a finales de 2020 y aún está gestionando la revocación de pasaportes emitidos de forma indebida. Bruselas podrá actuar mucho más rápido: una suspensión inicial durará 12 meses en lugar de nueve, y podrá extenderse hasta 36 meses, ejerciendo presión sobre cualquier Estado cuyas políticas se consideren una puerta trasera al espacio Schengen.
Para las empresas chipriotas, esta decisión tiene importancia en dos niveles. Primero, muchas multinacionales en la isla dependen de viajes cortos sin visado de ejecutivos provenientes de jurisdicciones cercanas exentas de visado, como Georgia, Moldavia y Ucrania; una suspensión que afecte a esos pasaportes aumentaría inmediatamente los costes y las exigencias de cumplimiento. Segundo, el foco en los “pasaportes dorados” mantiene a Chipre bajo la lupa de la UE mientras reforma sus incentivos migratorios, especialmente con el Visado para Nómadas Digitales, el Visado para Startups y las vías aceleradas para residencia permanente. Estos programas deben demostrar rigurosos controles para evitar quedar asociados al estigma de la ciudadanía por inversión.
Los asesores migratorios ya están recomendando a sus clientes revisar sus procesos de movilidad. Las empresas que envían regularmente personal a Chipre desde países sin visado deberían preparar planes alternativos, incluyendo solicitudes de visado C de Schengen y tiempos de anticipación mayores. También deben estar atentos a medidas de reciprocidad, ya que la regulación actual facilita que la UE prolongue suspensiones si terceros países responden con represalias.
En la práctica, nada cambia de inmediato. La regulación entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE. Pero una vez operativa, dará a la Comisión Europea una herramienta más eficaz —respaldada por votación por mayoría cualificada— para actuar contra el uso indebido de la liberalización de visados. Para una economía pequeña y abierta como la chipriota, mantenerse alineada con los estándares migratorios de la UE es aún más crucial para proteger su conectividad y reputación.
De cara a 2026, se espera que el Ministerio Adjunto de Migración presente enmiendas a la Ley de Extranjería e Inmigración para codificar controles de antecedentes más estrictos y prohibir cualquier futuro programa de pasaporte por inversión, una medida destinada a mantener a Chipre fuera del punto de mira del nuevo régimen de suspensión.









