
Reunido en Bruselas el 17 de noviembre de 2025, el Consejo de la Unión Europea aprobó un reglamento que reforma el mecanismo de suspensión de la exención de visados del bloque. Dado que Austria forma parte del espacio Schengen, las nuevas normas más estrictas se aplicarán automáticamente una vez que el texto se publique en el Diario Oficial de la UE, probablemente antes de fin de año.
Los cambios clave incluyen la reducción del umbral que activa la suspensión por aumentos repentinos en la migración irregular o solicitudes de asilo, pasando del 50 % al 30 %, la ampliación del período inicial de suspensión de nueve a doce meses y la posibilidad de una prórroga adicional de 24 meses que puede aplicarse solo a categorías específicas de viajeros (por ejemplo, funcionarios o inversores) en lugar de a toda la población. Por primera vez, la UE también podrá revocar el estatus de exención de visado si un tercer país implementa un programa de “ciudadanía por inversión” o no alinea su política de visados con las normas de Schengen.
Para las multinacionales austriacas, el mensaje es claro: los privilegios de exención de visado que disfrutan socios comerciales de regiones como los Balcanes Occidentales o América Latina podrían suspenderse con mucho menos tiempo de aviso que antes. Por ello, los equipos de movilidad deben revisar sus planes de contingencia, por ejemplo, la capacidad de cambiar a los viajeros a visados Schengen tipo C con poca antelación, y monitorear los informes de alerta temprana de la Comisión.
La policía fronteriza austriaca tendrá que adaptar los sistemas en aeropuertos como Viena-Schwechat para reconocer cambios rápidos de estatus, mientras que las aerolíneas deben actualizar las bases de datos Timatic con prontitud para evitar multas por transportar pasajeros con documentación incorrecta. El mecanismo actualizado solo se ha activado una vez desde su creación en 2013, pero los ministros del Interior de la UE afirman que el entorno geopolítico actual exige un “freno más contundente” contra los abusos del viaje sin visado.
Consejo práctico: Los departamentos de viajes corporativos deberían suscribirse a las alertas migratorias de la UE y revisar con antelación las delegaciones a conferencias de enero y febrero, especialmente cuando incluyan nacionalidades con altas tasas de crecimiento en solicitudes de asilo.
Los cambios clave incluyen la reducción del umbral que activa la suspensión por aumentos repentinos en la migración irregular o solicitudes de asilo, pasando del 50 % al 30 %, la ampliación del período inicial de suspensión de nueve a doce meses y la posibilidad de una prórroga adicional de 24 meses que puede aplicarse solo a categorías específicas de viajeros (por ejemplo, funcionarios o inversores) en lugar de a toda la población. Por primera vez, la UE también podrá revocar el estatus de exención de visado si un tercer país implementa un programa de “ciudadanía por inversión” o no alinea su política de visados con las normas de Schengen.
Para las multinacionales austriacas, el mensaje es claro: los privilegios de exención de visado que disfrutan socios comerciales de regiones como los Balcanes Occidentales o América Latina podrían suspenderse con mucho menos tiempo de aviso que antes. Por ello, los equipos de movilidad deben revisar sus planes de contingencia, por ejemplo, la capacidad de cambiar a los viajeros a visados Schengen tipo C con poca antelación, y monitorear los informes de alerta temprana de la Comisión.
La policía fronteriza austriaca tendrá que adaptar los sistemas en aeropuertos como Viena-Schwechat para reconocer cambios rápidos de estatus, mientras que las aerolíneas deben actualizar las bases de datos Timatic con prontitud para evitar multas por transportar pasajeros con documentación incorrecta. El mecanismo actualizado solo se ha activado una vez desde su creación en 2013, pero los ministros del Interior de la UE afirman que el entorno geopolítico actual exige un “freno más contundente” contra los abusos del viaje sin visado.
Consejo práctico: Los departamentos de viajes corporativos deberían suscribirse a las alertas migratorias de la UE y revisar con antelación las delegaciones a conferencias de enero y febrero, especialmente cuando incluyan nacionalidades con altas tasas de crecimiento en solicitudes de asilo.









