
En un giro inesperado, el presidente Donald Trump declaró esta semana en Fox News a la presentadora Laura Ingraham que Estados Unidos "necesita más trabajadores extranjeros calificados" y que se debería simplificar la admisión de visas H-1B para la defensa y la manufactura de alta tecnología. Estas declaraciones llegan apenas dos meses después de que su administración impusiera una tarifa de presentación de 100,000 dólares para nuevas solicitudes H-1B y endureciera los criterios de renovación.
Los seguidores más radicales reaccionaron de inmediato. Influenciadores conservadores y grupos sindicales acusaron al presidente de "traicionar" a los trabajadores manuales, señalando el alto desempleo doméstico en varios estados industriales. Hashtags como #ContratenAmericanosPrimero y #H1BTraición se volvieron tendencia en Truth Social y X pocas horas después de la entrevista. Algunos legisladores republicanos prometieron audiencias para investigar el supuesto "abuso" de las visas para ocupaciones especializadas.
Sin embargo, los líderes empresariales recibieron con cautela este cambio de tono. La Asociación Nacional de Fabricantes y la Cámara de Comercio de EE. UU. emitieron comunicados señalando que las plantas de semiconductores, laboratorios de inteligencia artificial y líneas de producción de misiles no pueden cubrir sus necesidades laborales sin talento extranjero en STEM. Se informa que varios contratistas de defensa están presionando a la Casa Blanca para que exima a proyectos de infraestructura crítica de los recientes aumentos en las tarifas H-1B.
En la práctica, no hay cambios inmediatos en la política que acompañen las declaraciones de Trump, pero fuentes internas indican que USCIS está elaborando directrices que permitirían a los empleadores preinscribir candidatos H-1B vinculados a "proyectos de seguridad nacional" fuera del cupo anual. Los asesores en inmigración recomiendan a las empresas documentar las carencias de habilidades y estar atentos a programas piloto que podrían lanzarse a principios de 2026.
Este episodio pone de manifiesto la delicada situación política en torno a las visas basadas en empleo en un año electoral: los republicanos buscan atraer tanto a donantes empresariales como a votantes proteccionistas, mientras que los demócratas siguen divididos entre proteger a los trabajadores nacionales y atraer a las comunidades inmigrantes. Para los gestores de movilidad global, la lección clave es la volatilidad: las estrategias de talento deben incluir planes de contingencia ante cambios repentinos en la política y el aumento de costos adicionales.
Los seguidores más radicales reaccionaron de inmediato. Influenciadores conservadores y grupos sindicales acusaron al presidente de "traicionar" a los trabajadores manuales, señalando el alto desempleo doméstico en varios estados industriales. Hashtags como #ContratenAmericanosPrimero y #H1BTraición se volvieron tendencia en Truth Social y X pocas horas después de la entrevista. Algunos legisladores republicanos prometieron audiencias para investigar el supuesto "abuso" de las visas para ocupaciones especializadas.
Sin embargo, los líderes empresariales recibieron con cautela este cambio de tono. La Asociación Nacional de Fabricantes y la Cámara de Comercio de EE. UU. emitieron comunicados señalando que las plantas de semiconductores, laboratorios de inteligencia artificial y líneas de producción de misiles no pueden cubrir sus necesidades laborales sin talento extranjero en STEM. Se informa que varios contratistas de defensa están presionando a la Casa Blanca para que exima a proyectos de infraestructura crítica de los recientes aumentos en las tarifas H-1B.
En la práctica, no hay cambios inmediatos en la política que acompañen las declaraciones de Trump, pero fuentes internas indican que USCIS está elaborando directrices que permitirían a los empleadores preinscribir candidatos H-1B vinculados a "proyectos de seguridad nacional" fuera del cupo anual. Los asesores en inmigración recomiendan a las empresas documentar las carencias de habilidades y estar atentos a programas piloto que podrían lanzarse a principios de 2026.
Este episodio pone de manifiesto la delicada situación política en torno a las visas basadas en empleo en un año electoral: los republicanos buscan atraer tanto a donantes empresariales como a votantes proteccionistas, mientras que los demócratas siguen divididos entre proteger a los trabajadores nacionales y atraer a las comunidades inmigrantes. Para los gestores de movilidad global, la lección clave es la volatilidad: las estrategias de talento deben incluir planes de contingencia ante cambios repentinos en la política y el aumento de costos adicionales.









