
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha comenzado a aliviar la orden de reducción de vuelos de emergencia que obligó a las aerolíneas a cancelar miles de salidas durante el histórico cierre federal de 43 días. A partir del sábado 16 de noviembre, las aerolíneas solo deberán recortar el tres por ciento de los vuelos programados en 40 aeropuertos principales de EE. UU., una reducción respecto al seis por ciento de principios de semana y el máximo del diez por ciento registrado el 7 de noviembre.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, afirmó que el nivel de personal entre los controladores de tráfico aéreo esenciales y no remunerados se ha estabilizado lo suficiente como para aumentar la capacidad, aunque las métricas de seguridad, como la respuesta a incursiones en pistas, siguen bajo revisión. Los datos de FlightAware muestran que las cancelaciones han bajado de 3,000 el domingo a 273 previstas para el sábado. Las aerolíneas han reactivado la mayoría de los asientos para la semana de Acción de Gracias, pero advierten que los horarios finales dependerán de que el Congreso ponga fin al cierre antes de que se agoten los fondos para la nómina de diciembre.
Los responsables de viajes corporativos recibieron con alivio esta flexibilización, señalando que el límite anterior había alterado los itinerarios ejecutivos y retrasado cargas críticas. Los equipos de movilidad global aún deben esperar retrasos residuales en los centros de Nueva York, Atlanta y Chicago, donde persisten los atrasos por horas extras de los controladores.
Este episodio pone de manifiesto la vulnerabilidad del transporte aéreo estadounidense ante disputas de financiamiento federal. Los grupos del sector renuevan sus llamados para que la FAA implemente un mecanismo de autofinanciamiento similar a los cargos por servicios a pasajeros en aeropuertos, con el fin de proteger las operaciones críticas de los bloqueos políticos.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, afirmó que el nivel de personal entre los controladores de tráfico aéreo esenciales y no remunerados se ha estabilizado lo suficiente como para aumentar la capacidad, aunque las métricas de seguridad, como la respuesta a incursiones en pistas, siguen bajo revisión. Los datos de FlightAware muestran que las cancelaciones han bajado de 3,000 el domingo a 273 previstas para el sábado. Las aerolíneas han reactivado la mayoría de los asientos para la semana de Acción de Gracias, pero advierten que los horarios finales dependerán de que el Congreso ponga fin al cierre antes de que se agoten los fondos para la nómina de diciembre.
Los responsables de viajes corporativos recibieron con alivio esta flexibilización, señalando que el límite anterior había alterado los itinerarios ejecutivos y retrasado cargas críticas. Los equipos de movilidad global aún deben esperar retrasos residuales en los centros de Nueva York, Atlanta y Chicago, donde persisten los atrasos por horas extras de los controladores.
Este episodio pone de manifiesto la vulnerabilidad del transporte aéreo estadounidense ante disputas de financiamiento federal. Los grupos del sector renuevan sus llamados para que la FAA implemente un mecanismo de autofinanciamiento similar a los cargos por servicios a pasajeros en aeropuertos, con el fin de proteger las operaciones críticas de los bloqueos políticos.







