
En un movimiento histórico para la movilidad transfronteriza, el Ministerio del Interior y Administración de Polonia (MSWiA) ha confirmado que los puestos de control vial de Kuźnica (tráfico de pasajeros) y Bobrowniki (tráfico de carga) en la frontera polaco-bielorrusa reabrirán el lunes 17 de noviembre de 2025. El anuncio, publicado en el Diario Oficial del viernes y difundido por la agencia estatal de prensa PAP, pone fin a más de cuatro años de suspensión total del tráfico rodado en estos puntos. El puesto de Kuźnica fue cerrado en noviembre de 2021 tras violentos enfrentamientos con migrantes supuestamente organizados por los servicios de seguridad bielorrusos, mientras que Bobrowniki cerró en febrero de 2023 en protesta por la condena al periodista polaco-bielorruso Andrzej Poczobut.
El primer ministro Donald Tusk y el ministro del Interior Marcin Kierwiński sostienen que una tasa de “sellado” del 98 % en los cruces irregulares permite ahora a Varsovia probar una reapertura controlada. Las unidades de la Guardia Fronteriza han mejorado las vallas, cámaras y el nuevo Sistema de Entrada/Salida de la UE (EES) para capturar datos biométricos de todos los nacionales de terceros países. Inicialmente, solo se permitirá el paso de vehículos registrados en la UE, EFTA y Suiza en Bobrowniki, y en Kuźnica se excluyen los autobuses para mantener un flujo de pasajeros manejable.
La decisión llega tras meses de presión por parte de empresarios de Podlaskie, alcaldes y empresas de logística que aseguran que el cierre fronterizo asfixió el comercio regional, el turismo y el comercio minorista. Una protesta en marzo de 2025 en Białystok calificó el cierre como “el funeral de la economía local”, citando un desempleo de dos dígitos y tiendas vacías. Por ello, se espera que la reapertura reactive las rutas de transporte hacia Minsk, restablezca las compras de consumidores bielorrusos y acorte los desvíos que obligaban a los transportistas polacos a pasar por Lituania.
Sin embargo, expertos en seguridad advierten que Minsk podría volver a usar la migración como arma. Polonia mantiene el poder legal —otorgado por su controvertida ley de “instrumentalización” de 2025— para suspender el procesamiento de asilo y volver a cerrar la frontera hasta por 60 días si resurgen amenazas híbridas. El comandante de la Guardia Fronteriza, el general de brigada Sławomir Klekotka, subrayó que los agentes están entrenados para volver a un cierre estricto “en cuestión de horas” si los intentos diarios de entrada ilegal superan los promedios actuales de 20 a 40.
Para los gestores de movilidad global, la reapertura ofrece eficiencias inmediatas: tiempos de tránsito más cortos para el transporte de mercancías entre la UE y Bielorrusia, posible alivio en los cuellos de botella de permisos para conductores y una señal de que Polonia prioriza intereses económicos junto con la seguridad. No obstante, las empresas deberían revisar sus planes de contingencia —especialmente para el tráfico de las vacaciones de diciembre— y preparar al personal sobre las nuevas normas documentales bajo el EES, ya que la captura biométrica podría alargar el proceso inicial varios minutos por viajero.
El primer ministro Donald Tusk y el ministro del Interior Marcin Kierwiński sostienen que una tasa de “sellado” del 98 % en los cruces irregulares permite ahora a Varsovia probar una reapertura controlada. Las unidades de la Guardia Fronteriza han mejorado las vallas, cámaras y el nuevo Sistema de Entrada/Salida de la UE (EES) para capturar datos biométricos de todos los nacionales de terceros países. Inicialmente, solo se permitirá el paso de vehículos registrados en la UE, EFTA y Suiza en Bobrowniki, y en Kuźnica se excluyen los autobuses para mantener un flujo de pasajeros manejable.
La decisión llega tras meses de presión por parte de empresarios de Podlaskie, alcaldes y empresas de logística que aseguran que el cierre fronterizo asfixió el comercio regional, el turismo y el comercio minorista. Una protesta en marzo de 2025 en Białystok calificó el cierre como “el funeral de la economía local”, citando un desempleo de dos dígitos y tiendas vacías. Por ello, se espera que la reapertura reactive las rutas de transporte hacia Minsk, restablezca las compras de consumidores bielorrusos y acorte los desvíos que obligaban a los transportistas polacos a pasar por Lituania.
Sin embargo, expertos en seguridad advierten que Minsk podría volver a usar la migración como arma. Polonia mantiene el poder legal —otorgado por su controvertida ley de “instrumentalización” de 2025— para suspender el procesamiento de asilo y volver a cerrar la frontera hasta por 60 días si resurgen amenazas híbridas. El comandante de la Guardia Fronteriza, el general de brigada Sławomir Klekotka, subrayó que los agentes están entrenados para volver a un cierre estricto “en cuestión de horas” si los intentos diarios de entrada ilegal superan los promedios actuales de 20 a 40.
Para los gestores de movilidad global, la reapertura ofrece eficiencias inmediatas: tiempos de tránsito más cortos para el transporte de mercancías entre la UE y Bielorrusia, posible alivio en los cuellos de botella de permisos para conductores y una señal de que Polonia prioriza intereses económicos junto con la seguridad. No obstante, las empresas deberían revisar sus planes de contingencia —especialmente para el tráfico de las vacaciones de diciembre— y preparar al personal sobre las nuevas normas documentales bajo el EES, ya que la captura biométrica podría alargar el proceso inicial varios minutos por viajero.







