
El diputado del Partido de la Coalición Nacional, Marko Kilpi, ha presentado una pregunta parlamentaria tras conocer que la cola para obtener la ciudadanía finlandesa ha crecido hasta 28,000 solicitudes, con tiempos de procesamiento que van de 12 a 31 meses. Kilpi sostiene que estos retrasos desalientan a los emprendedores extranjeros y ponen en riesgo adquisiciones empresariales que requieren que los propietarios tengan la nacionalidad finlandesa.
Según las normas vigentes, los solicitantes deben demostrar ocho años de residencia, dominio del idioma y un historial criminal limpio, pero Kilpi afirma que la burocracia, y no el cumplimiento de los requisitos, es lo que está alargando los tiempos de espera. En una entrevista con Verkkouutiset el 14 de noviembre, preguntó: “¿Puede permitirse Finlandia perder a este tipo de emprendedores y contribuyentes en favor de otros países?”
El Servicio de Inmigración de Finlandia reconoce que un aumento post-pandemia y los próximos cambios en la Ley de Ciudadanía han saturado a los encargados de los casos. Además, señalan que los recursos se reasignaron para gestionar la protección temporal de ucranianos en 2023–24, lo que ha ralentizado otros procesos.
Para las empresas multinacionales, los largos plazos para la naturalización afectan la planificación de sucesiones y el acceso a la libre circulación en toda la UE para ejecutivos clave. Sin la ciudadanía, los fundadores deben renovar visados, enfrentan restricciones en licitaciones públicas y mayor escrutinio al expandirse al extranjero.
Kilpi pide agilizar el procesamiento digital y aumentar la financiación en el presupuesto de 2026. Hasta que se implementen reformas, los responsables de movilidad deben anticipar tiempos de espera prolongados para empleados que buscan pasaportes finlandeses y considerar vías alternativas, como permisos de residencia a largo plazo en la UE, para mantener la movilidad dentro del bloque.
Según las normas vigentes, los solicitantes deben demostrar ocho años de residencia, dominio del idioma y un historial criminal limpio, pero Kilpi afirma que la burocracia, y no el cumplimiento de los requisitos, es lo que está alargando los tiempos de espera. En una entrevista con Verkkouutiset el 14 de noviembre, preguntó: “¿Puede permitirse Finlandia perder a este tipo de emprendedores y contribuyentes en favor de otros países?”
El Servicio de Inmigración de Finlandia reconoce que un aumento post-pandemia y los próximos cambios en la Ley de Ciudadanía han saturado a los encargados de los casos. Además, señalan que los recursos se reasignaron para gestionar la protección temporal de ucranianos en 2023–24, lo que ha ralentizado otros procesos.
Para las empresas multinacionales, los largos plazos para la naturalización afectan la planificación de sucesiones y el acceso a la libre circulación en toda la UE para ejecutivos clave. Sin la ciudadanía, los fundadores deben renovar visados, enfrentan restricciones en licitaciones públicas y mayor escrutinio al expandirse al extranjero.
Kilpi pide agilizar el procesamiento digital y aumentar la financiación en el presupuesto de 2026. Hasta que se implementen reformas, los responsables de movilidad deben anticipar tiempos de espera prolongados para empleados que buscan pasaportes finlandeses y considerar vías alternativas, como permisos de residencia a largo plazo en la UE, para mantener la movilidad dentro del bloque.









